REYNOSA, Tamaulipas.- Gustavo San Román, el primer detenido en el caso del panteón municipal Sagrado Corazón, y el segundo detenido la noche del jueves, Armando Pardo González, “El Taz», ya fueron consignados ante un Juez Penal.
Este último confesó en su declaración inicial haber excavado la tumba.
“El que me dijo que excavara fue Gustavo San Román, pero no había nada», señaló.
“El Taz» dijo no recordar el día que hizo eso y mencionó que ya tienen como tres semanas de esa acción.
El negocio era redondo, un pago de mil pesos por encontrar espacio y de ahí se repartirían.
Jorge Sánchez, agente Tercero del Ministerio Público, informó sobre la declaración de «El Taz».
“Él excavó esa tumba que está enseguida de la pileta de agua, que es como la identifica, por órdenes del encargado del panteón; la persona que fue consignada el día de ayer que él lo menciona como el encargado, el cual le pagó 200 pesos por hacerlo, teniendo conocimiento la encargada o presidenta del panteón”, explicó el funcionario.
María Isabel Villegas, encargada del panteón, fue llevada a rendir declaración tras los delitos en los que se le involucra, pues la declaración de «El Taz» revela que ella lo acompañó cuando realizó la excavación.
“Me ocupo de aquí de la oficina, el otro señor allá andaba trabajando, eran los que hacían pozos y todo», declaró la mujer.
Y negó tener conocimiento de los hechos.
«¡Ay! no es cierto, por Dios santo que ni lo conocía al muchacho ese, jamás lo había visto, que ‘El Taz’ y ‘Taz’ muy mentado, que ‘rata’, pero ni lo conocía”, se defendió.
Las autoridades continúan con la investigación y podrían ser llamados a declarar más involucrados.
Los padres, quienes interpusieron la denuncia, siguen preguntando ¿dónde están los restos de su hijo?.
“No me robaron a mí una televisión, ni algo así que se pueda comprar, me robaron el cuerpo de mi hijo, yo necesito nada más que me den a mi hijo, es todo lo que quiero, ni me interesa si el terreno es del Municipio o de fulano, sutano, quiero a mi hijo…nada más”, exigió Sergio Favela, quien reclama la tumba y los restos de su vástago.