Gandhi afirmó: “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo, no en el resultado, un esfuerzo total… es una victoria completa”
A esto es lo que invitan las madres de la Tierra del Filósofo, cuando la adversidad llegue, descansar acaso si es necesario, pero jamás dejar de esforzarnos, de luchar hasta donde el cuerpo aguante y perseverar, que la victoria final, la de uno mismo, está hecha de lucha, esfuerzo y sacrificio.
¿Qué cómo es Güémez?, ¿pos cómo ha de ser?, sino la Tierra más hermosa del mundo, que enclavada en el centro de Tamaulipas, colindando al norte con los municipios de Hidalgo y Padilla; al sur con los municipios de Victoria, Jaumave y Casas; al oeste con el estado de Nuevo León; tiene el enorme privilegio de ser recipiendaria de la suficiente tierra, fuego, aire y agua como para atrapar a los visitantes y enamorarlos para siempre.
La Tierra del Filósofo es una metáfora de la alegría y del amor incondicional, es la dialéctica del universo, que se manifiesta a través de sus mujeres bellas y hombres de trabajo, plenos de un contagioso gusto por la vida, región proveedora de esperanza que surge altiva y victoriosa entre: llanuras y montañas; ríos y presas; citricultura y ganadería; pastizales y bosques; agricultura, pesca y una excelente producción forestal.
Tierra, la nuestra, en donde hay permanentes y cálidas bienvenidas y generosas sonrisas, región en donde la prudencia abunda y el coraje por no dejarse vencer por la adversidad, inunda el corazón de los güemenses.
Aquí se reverencia la manifestación Divina que se expresa a través de la energía de la tierra, del viento, del sol y del agua, sabemos que son raíz y fuente de vida; unos descienden de lo alto, otros emanan del subsuelo, todos llegan a hacer un estallido multicolor, especialmente para quienes tenemos la bendición de vivir en esta Tierra proveedora de fe y esperanza, en la que gozamos de un excepcional clima, que tiene un rango de temperatura que oscila entre los 12º y los 26º C.
Al extraordinario paisaje humano de Güémez se le une, como dualidad indisoluble, el medio ambiente; provisto de los más bellos espacios naturales de la provincia mexicana.
Como un lienzo pintado por manos Divinas, se percibe el suave paisaje de la naturaleza, en su planicie, montañas, ríos y presas; mecida por el trabajo de sus campesinos y maestros, por la alegría de los niños, el empuje de sus jóvenes, la sabiduría de sus viejos, que son arrullados por el canto de sus coloridas aves.
El contacto con el ecosistema es directo, enriquece los sentidos, porque la madre naturaleza ha sido pródiga con éste espacio lleno de mexicanidad. En Güémez huele a trabajo fecundo, sus atractivos naturales son enriquecidos por las casas de palma, embellecidas por sus patios llenos de rosales, bugambilias, belenes, lirios, coyoles, margaritas, azucenas, que como mosaico multicolor embelesan los sentidos.
Güémez, es el más bello solar nativo del mundo, que seduce los sentidos por su gente y su gastronomía, por sus ritos y tradiciones; por su cultura popular y por su música norteña; por sus sierras y planicies, por su floreciente citricultura o por su exitosa ganadería y pesca, región la nuestra que enriquece la cosmovisión de la vida, a través de la inigualable sabiduría de los abuelos.
Orgullosamente, el nuestro, es un pueblo encallecido en la solidaridad del amor, maduro en la amistad, optimista y lleno de entusiasmo por un presente mejor, un pueblo que diariamente se renueva y enriquece en la fe, en la lucha por honrar la bendición del trabajo, en la sana alegría.
Espacio el nuestro de la geografía norteña, –en el que a pesar de las crisis que laceran nuestros sentidos, generadas por los políticos nacionales que cancelan la reconciliación y el acuerdo–, sigue enraizada en el colectivo social la esperanza de un México mejor.
Resulta que en la entrada al tendajo del pueblo, había un letrero colgado que decía:
“Este negocio fue fundado por nuestros abuelos hace más de 100 años, desde entonces hemos dejado satisfechos y dejado de complacer a muchos clientes; Hemos ganado y perdido dinero; Hemos sufrido las consecuencias de las devaluaciones del peso; también hemos soportado extorsiones y malos tratos oficiales; Hemos sufrido el embate de muchas auditorías de gobierno; Nos han amenazado y extorsionado telefónicamente; nos han asaltado; nos han estafado con mercancía en mal estado; con el pretexto de la crisis muchos clientes han dejado de pagarnos; Sí seguimos aquí, nomás es pa’ ver… ¡QUÉ MÁS NOS PUEDE PASAR!”1
1SeleccionesReader´sDigestjulio1995página124
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