El año que inicia será uno de los más importantes para Tamaulipas en los últimos 50 años.
Por primera vez existen las condiciones económicas, jurídicas y de coyuntura para que la entidad saque ventaja del valor de sus recursos naturales, de la posición geográfica privilegiada que tiene y de la vocación competitiva de sus recursos humanos.
Hasta ahora, la economía estatal ha estado muy vinculada al ciclo norteamericano y en un entorno internacional adverso, somos de las primeras regiones en resentir los vaivenes de la economía global.
No es casualidad que como resultado de condiciones complejas en buena parte del mundo industrializado afectado por la debilidad de la economía norteamericana y agudizado aquí en el país por un desfase en la inversión publica federal, la actividad industrial en Tamaulipas mantuvo una tendencia negativa en casi todo el año.
El balance tiene claroscuros. En 2014 el empleo formal avanzó mientras el desempleo mantuvo su tendencia a la baja; pero los sectores intensivos en mano de obra aún muestran dignos de debilidad por lo que la ansiada recuperación no se siente en los bolsillos de las familias.
Ante estas debilidades estructurales es que cobra relevancia el potencial del sector energético para que nuestro estado salga de este círculo vicioso.
La reforma energética aprobada por el Congreso este año es la punta de lanza para que la entidad despegue y migre de una economía basada en la atracción de inversión extranjera en sectores mal pagados como la industria maquiladora de exportación, a un modelo de desarrollo vinculado al sector energético que es donde más se gana, donde mejor pagan y donde los negocios son más atractivos.
Para darle una idea de lo que significará la reforma energética para Tamaulipas le platico que en los últimos 15 años, la llegada de las empresas maquiladoras significó para la entidad inversiones por unos 5 mil millones de pesos.
Sí, 5 mil millones en 15 años.
Pues la reforma energética significará inversiones por 20 mil millones de pesos en los próximos 5 años. Cuatro veces más, por año.
Es, y así lo ve la autoridad estatal, la única plataforma para migrar de un modelo de crecimiento basado en la manufactura a uno que privilegia el desarrollo de un sector que paga mejor, agrega valor al desarrollo económico y permite aspirar a un dinamismo menos vulnerable a los ciclos económicos de Estados Unidos y al presupuesto público del Gobierno Federal.
De acuerdo con la Agenda Energética de Tamaulipas, la Población Económicamente Activa, PEA, de Tamaulipas alcanzó 1 millón 616 mil personas, con una tasa de ocupación de 94.2%. Del total de la PEA ocupada, 78,820 personas trabajan en actividades relacionadas con energía. Uno de cada 20 trabajadores tamaulipecos contribuye al sector energético de Tamaulipas.
Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, en febrero de 2014, en Tamaulipas había registrados 28,741 trabajadores permanentes y eventuales urbanos, que se desempeñan en actividades de exploración y extracción de petróleo crudo y gas natural; fabricación de productos de hule y plástico; generación, transmisión y distribución de energía eléctrica; industria química y refinación de petróleo, entre otras.
Sin embargo, quienes quieran participar en el desarrollo del sector energético tienen que ser empresas competitiva, certificadas en procesos de calidad, con buenos servicios y mejores productos; si usted es un profesional deberá tener un mejor conocimiento de las reglas que rigen al sector, una visión estratégica, habilidades gerenciales de alcance global para poder vincular las oportunidades de negocios entre los diferentes sectores económicos nacionales e internacionales y si eres estudiante, tendrás que dominar el inglés, mejorar tus habilidades tecnológicas y la capacidad de innovación.
La mesa esta puesta, pero como siempre, las oportunidades llegarán a quienes estén preparados para aprovecharlas.
Llegó el momento de analizar en lo personal y en lo colectivo, nuestras fortalezas para consolidarlas, nuestras debilidades para superarlas, las amenazas en el entorno para neutralizarlas y particularmente las oportunidades para aprovecharlas.
(www.adanmoctezuma.mx)