6 diciembre, 2025

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Crónica urbana

Días de guardar

Crónica Urbana

El reposo del alma, el horizonte de luz sobre nuestras testas paganas, la romería y el silencio de la cruz. Un silencio de siglos con el dolor en la espalda y la carga pesada de nuestros pecados, los males de toda la tierra, la figura de Cristo, iluminada en su frente, con la mirada caída y la boca de sed. Cristo pintado por Diego Velázquez, por Salvador Dalí, Cristo en Nadir, en la profundidad de su palabra, Cristo contra su cruz, idealizado por José Clemente Orozco. Cristo en una cruz castigado por nosotros, Cristo, el indivisible amor de Dios.

Mi madre nos llevaba a la iglesia entre apretujones de los ramos y el agua bendecida por el cura. La fe en el umbral de la iglesia del Sagrado Corazón, hoy catedral. Los Días Santos eran días de guardar, de apegarnos al libro sagrado entre las chanzas de nuestros juegos de niños y la palabra del catecismo temprano.

No existían las tablets ni las computadoras de escritorio. La máquina de escribir era la prolongación de los dedos de Dios con sus palabras. La máquina que envolvía las palabras en la blancura del papel era el refugio del pensamiento, de la sabiduría escolar, de las noches y días del pensamiento.

Ir a la iglesia en estos días, era un acto tan significativo en nuestras vidas adolescentes que eran la buenaventura del sacrificio cristiano y el amor por nuestros padres, el respeto a nuestros maestros, la solidaridad con nuestros hermanos..

Días de guardar en el espacio de nuestra ciudad bendecida bajo las palmas, en los dibujos artesanales de la riqueza de tradicional.

Nuestro espíritu se abre al evangelio, la palabra que acciona, que verdaderamente mueve al mundo, aún con sus tristezas y tragedias, porque hay una fe en Dios, en algo que mueve nuestro mundo. Bueno, eso lo creo yo.

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