SAO PAULO, Brasil.- El escándalo de corrupción en Petrobras, los enfrentamientos políticos en la coalición de Gobierno y el mal desempeño de la economía han llevado a la impopularidad de la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, a su máximo nivel.
A tres meses de haber iniciado su segundo mandato, un 74 por ciento de los brasileños desconfía de su habilidad para gestionar la creciente crisis, según una encuesta de Ibope.
De acuerdo el sondeo del Instituto Ibope divulgada por la Confederación Nacional de la Industria (CNI), apenas el 12 por ciento de los encuestados consideran «buena o muy buena» su administración; para el 64 por ciento, es «mala o muy mala», y para el 23 por ciento es «regular».
Mientras un 24 por ciento confía en la capacidad de la Mandataria para superar los problemas, el 74 por ciento perdió las esperanzas, y un 3 por ciento prefirió no opinar al respecto.
Los nuevos datos coinciden con los de una encuesta de Datafolha revelada hace 15 días, que le otorgaba al Gobierno una tasa de aprobación del 13 por ciento.
Según Ibope, el 76 por ciento de los brasileños considera que el recién comenzado segundo mandato de Rousseff es «peor» que el primero (2011-2014), un 18 por ciento cree que es «igual», y un 14 por ciento estima que será «mejor».
Desde que ganó la reelección en los comicios de octubre último, con el menor margen en la historia de Brasil, Rousseff ha enfrentado numerosos obstáculos.
Las revelaciones en torno al esquema de sobornos a empresas constructoras descubierto en la compañía estatal Petrobras salpicaron a numerosos políticos pertenecientes al oficialista Partido de los Trabajadores (PT), así como a su principal aliado, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que ahora están bajo investigación del Supremo Tribunal Federal.
El escándalo llevó a que la petrolera estatal pierda más del 40 por ciento de su valor y ha paralizado muchas obras de infraestructura vinculadas a la compañía y a las constructoras involucradas en el «cartel» por el cual se distribuían contratos.
Tres ex directores de Petrobras y 36 ejecutivos de constructoras ya fueron detenidos como parte de las investigaciones judiciales.
Las tensiones por estas pesquisas, así como las luchas internas de poder han producido fuertes enfrentamientos entre el PT y el PMDB, que hoy detenta la presidencia de ambas cámaras en el Congreso.
De la aprobación del Parlamento depende el programa de ajuste que Rousseff impulsa para poner en orden las deterioradas cuentas públicas.
Entre medio, la situación de la economía sigue volviéndose más débil.
La semana pasada se confirmó que Brasil creció apenas un 0,1 por ciento en 2014, con una inflación del 7,7 por ciento, mientras que las proyecciones del mercado ya apuntan a que este año la economía entrará en recesión, incluso se espera una contracción de entre el 0,5 y el 1 por ciento, y que la presión inflacionaria pasará el 8 por ciento.
