ROMA, Italia.- El Papa Francisco presidió una misa de Viernes Santo en la que escuchó al predicador oficial del Vaticano acusar a la comunidad internacional de indiferencia ante la persecución de los cristianos.
El padre Raniero Cantalamessa, cuyo título es Predicador de la Casa Pontificia, criticó la inquietante indiferencia de las instituciones mundiales y de parte de la opinión pública frente a la tortura, la trata de personas y la persecución religiosa.
La liturgia de la Pasión del Señor, durante la que el Pontífice se tendió a orar en el suelo de mármol de la Basílica de San Pedro, es una de las pocas oportunidades en la que el Papa escucha predicar a alguien más.
Cantalamessa centró su sermón en aquellos que en el mundo sufren de hambre, pobreza, injusticia y violencia, en particular en los países en los que hay conflictos en marcha, donde también los militares practican la tortura.
«Cuántos prisioneros que se encuentran en las mismas condiciones de Jesús en el pretorio de Pilato: solos, esposados, torturados, a merced de militares ásperos y llenos de odios, que se abandonan a todo tipo de crueldad física y psicológica, divirtiéndose al ver sufrir», dijo.
«Ha habido alguno que ha tenido la valentía de denunciar, en la prensa laica, la inquietante indiferencia de las instituciones mundiales y de la opinión pública frente a todo esto, recordando a qué ha llevado tal indiferencia en el pasado», opinó.
«Corremos el riesgo de ser todos, instituciones y personas del mundo occidental, el Pilato que se lava las manos», argumentó.
En esta línea, se refirió a las víctimas de persecución religiosa, en especial los cristianos, y recordó los coptos egipcios asesinados recientemente por el grupo terrorista del Estado islámico en Libia.
«El problema de la violencia nos acecha, nos escandaliza, hoy que esta ha inventado formas nuevas y horribles de crueldad y de barbarie», indicó.
«Es Dios quien a los 21 cristianos coptos asesinados por el ISIS (Estado Islámico) en Libia el 22 de febrero pasado, les ha dado la fuerza de morir bajo los golpes, murmurando el nombre de Jesús», agregó.
Según Cantalamessa, los cristianos deberían estar horrorizados por la idea que se pueda matar en nombre de Dios.
«Ciertamente, los cristianos no son las únicas víctimas de la violencia homicida que hay en el mundo, pero no se puede ignorar que en muchos países ellos son las víctimas designadas y más frecuentes», reflexionó.
Los ritos del Viernes Santo proseguirán durante el día con el tradicional Viacrucis en las inmediaciones del Coliseo romano, presidido por el Papa Francisco.
