TAMPICO, Tamaulipas.- Un retoque por aquí para quitar algunas arrugas. Un ajuste del brillo, contraste y color para resaltar la cabellera. Utilizar la herramienta para blanquear los dientes. Dar una ‘manita de gato’ a la escena completa. Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre, reza el refrán.
Editar las fotografías de las candidatas o los candidatos es una herramienta que cada vez más utilizan los estrategas electorales. Sin embargo, abusar del Photoshop -como se le conoce comúnmente, por el nombre del programa de computación donde se edita- puede afectar a la credibilidad y la comunicación de las y los aspirantes, afirma el director de la agencia Estrategia Capital, Gustavo Andrade.
“El objetivo principal de una campaña electoral es comunicar y definitivamente uno de los elementos más importantes para ello es la imagen del candidato. Hemos visto ejemplos en los que por tratar de mejorar la imagen de un candidato han conseguido el efecto opuesto. Esto le resta credibilidad y termina siendo cuestionado por la gente”, apunta el asesor mexicano que fue pieza clave del equipo de campaña del presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén.
Las campañas en el país y Tamaulipas iniciaron con distintos ritmos y diversas propuestas. Las propagandas de los 80 candidatos ya se ven por avenidas y en las redes sociales. Al ser una elección federal, los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional, de la Revolución Democrática, Nueva Alianza, Movimiento Ciudadano y Verde Ecologista de México decidieron unificar el estilo del diseño de los materiales impresos y digitales a nivel nacional para ahorrar dinero. Los equipos de cada instituto político crearon manuales de imagen que se siguen ‘a pie juntillas’.
Gustavo Andrade advierte que aun hoy existen algunos partidos y políticos que consideran que la imagen de los candidatos no es tan importante para armar una campaña. Empero, señala que acudir con asesores de imagen que trabajen con el candidato para determinar su vestuario, accesorios, peinado junto con las fotografías es una muestra del nivel de profesionalización de la estrategia.
Sin embargo, en la pasada campaña electoral federal, analistas y políticos señalaron continuamente que el entonces aspirante Enrique Peña Nieto era ‘pura imagen’. Al respecto, el experto considera que el electorado cambió y ahora es más observador. Por ello, dice, lo ideal es que ésta se acompañe con una plataforma política sólida y realista que conecte con los aspectos emocionales y racionales de los votantes.
Andrade cita a Barack Obama como un ejemplo de buen manejo de imagen. Desde la candidatura, hace 7 años, el ahora presidente de Estados Unidos de América se distinguió por fortalecer su mensaje. En su caso el director de la Oficina de fotografía de la Casa Blanca, el fotoperiodista Pete Souza, es quien ha captado los momentos de tensión laboral del mandatario y las escenas cotidianas de la familia Obama.
“Él (Obama) y sus diferentes equipos de comunicación a través de los años han entendido que una forma de fortalecer su mensaje es mostrar la cercanía que puede tener con la gente. No es casualidad que se le haya visto cantando, jugando baloncesto o besando a su esposa Michelle en imágenes que enseñan momentos emotivos genuinos”, sostiene.
No obstante, cada abanderado sopesa qué importancia tiene su equipo de imagen en la campaña. En éste reside la apariencia del político en los anuncios y las publicaciones en Facebook, Twitter e Instagram. Los fallos y aciertos son responsabilidad de un conjunto de personas que deberían ser expertos. De acuerdo al nivel de profesionalización también es el costo. En el caso del retoque digital de fotografías oscila entre los 500 y mil pesos por imagen. Aparte se suman la inversión por el armado del diseño según el tipo de material y el uso.
“Tanto la ropa como el peinado y los accesorios también son parte del mensaje del candidato y parte de la estrategia a seguir. Para una sesión de fotos el trabajo del asesor de imagen debe ir un paso más allá porque lo que ahí se busca mostrar la mejor imagen posible para utilizarla en medios impresos, redes sociales y espectaculares, lo que significa un altísimo grado de visibilidad de cualquier defecto”, refiere Andrade.
Para el director de Estrategia Capital hacer una campaña es más arte que ciencia. Y si bien se puede medir la empatía del candidato también se debe apelar a la forma de tocar emocionalmente al electorado. “Es bastante común que los candidatos pidan cierta ayuda para verse mejor, pero es una decisión conjunta sobre el nivel de retoque que se deba usar para que la foto no pierda naturalidad y que siga siendo creíble”.




