RÍO DE JANEIRO, Brasil.- Ante las crecientes presiones para iniciar un juicio político contra la Presidenta brasileña, Dilma Rousseff, la Oposición ha optado por la cautela.
Tras la divulgación el miércoles del demorado balance de 2014 de Petrobras, en el que la estatal reconoció pérdidas por unos 2 mil millones de dólares por la red de sobornos en su interior, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) condenó la mala gestión, pero más voces en su interior mostraron cierta resistencia a pedir el juicio.
El senador José Serra, ex Gobernador del estado de São Paulo y ex candidato presidencial en 2002 y 2010, solicitó ayer responsabilidad a sus correligionarios en relación al destino de Rousseff.
“El impeachment se debe dar cuando se constata una irregularidad desde el punto de vista legal, y creo que esa cuestión todavía no está dada. El impeachment no es programa de gobierno de nadie”, dijo.
Antes de él expresó esa preocupación el ex Presidente Fernando Henrique Cardoso, figura respetada dentro de las filas socialdemócratas, y quien calificó de precipitada la posibilidad de un juicio político.
Cardoso aclaró que, para él, la destitución no puede ser un objeto de deseo, sino un proceso basado en pruebas.
Ante esas divisiones que afloran en el PSDB, el senador Aécio Neves, ex rival de Rousseff en las elecciones de octubre, recordó que el partido espera el análisis jurídico encargado a un reconocido constitucionalista, y aclaró que sólo impulsarán el juicio político cuando haya fuertes indicios de que la Presidenta cometió un crimen.
“No vamos a hacer una acción panfletaria como ha hecho el Partido de los Trabajadores (PT) en el pasado. Vamos a actuar de acuerdo a la Constitución”, afirmó Neves, quien no obstante ha dicho, apoyándose en encuestas, que el 63 por ciento de los brasileños estarían de acuerdo con un juicio a Rousseff.
Ayer además, una encuesta por la Asociación Nacional de Instituciones de Crédito, Financiamiento e Inversión y la consultora TNS Brasil mostró que el 66 por ciento de los brasileños considera que la situación en el país es mala o pésima.
Sacudida por las revelaciones del escándalo de corrupción que ya ha llevado al arresto de tres ex directivos de la compañía, de 36 ejecutivos de constructoras privadas y del ex tesorero del PT, Petrobras finalmente hizo público su balance del año pasado.
Los contratos sobrefacturados y los desvíos de dinero, sumados a la pérdida de valor de los activos de Petrobras como consecuencia del escándalo significaron que la estatal terminara el año pasado con 7 mil 152 millones de dólares en rojo, el primer resultado negativo de la petrolera desde 1991, agravado por una deuda bruta que suma ya 117 mil millones de dólares.
Neves llamó a devolver el prestigio de la compañía por medio de acciones como eliminar la obligatoriedad de que Petrobras sea la única operadora del pre-sal y volver a usar el régimen de concesiones.