MATAMOROS, Tamaulipas.- Para que las importaciones de autos usados dejen de estar sujeta a los caprichos de cada secretario de Hacienda que llega cada sexenio, se requiere de una Ley de Importación de Vehículos Usados, que salga del Congreso de la Unión, donde se establezcan reglas claras para reactivar ese comercio del que se sostenían 500 mil familias a lo largo de toda la franja fronteriza y que ahora están en crisis, porque el 90 por ciento de los negocios ya cerraron, con el cierre de la frontera que ordenó la autoridad hacendaria desde hace diez meses.
Raúl Quintanilla de la Garza, presidente de la Unión de Comerciantes de Autos Usados en Matamoros, dijo que con una Ley emanada del Congreso, la tienen que respetar no solamente los comerciantes importadores, sino las mismas autoridades del Gobierno Federal, especialmente la Secretaría de Hacienda, que cerró la frontera a la importación de vehículos usados, para favorecer a la industria nacional automotriz, que genera 350 mil empleos contra 500 mil que viven de ese comercio.
Dijo que tienen conocimiento de que ya existe una iniciativa de Ley para la Importación de Vehículos Usados, que elaboró el senador Ernesto Ruffo, presidente de la Comisión de Asuntos Fronterizos, donde se establecen con claridad los impuestos arancelarios y que se respeten los precios que tienen los autos del mercado norteamericano de donde se importen, para que se paguen los impuestos justos que corresponden.
Actualmente la frontera se cerró, porque Hacienda se abrogó el derecho de imponer los valores a los autos usados que se importan, imponiendo precios hasta en un 200 por ciento de su costo real, para encarecer las importaciones al momento de pagar los impuestos.
En tales condiciones, dijo, las personas no pueden importar un auto, como tampoco legalizar los que ya circulan en la frontera.
Dijo que “habrá cosas en la Ley que no nos guste a los comerciantes de autos usados y tampoco a la autoridad, pero todos tendrían que respetarla porque es una Ley”.
Se manifesto a favor de una Ley justa, porque en esa forma “la importación de autos usados dejaría de estar sujeta al capricho de cada secretario de Hacienda que llegue al Gobierno en cada sexenio”.
Y puso como ejemplo, que durante el Gobierno de Vicente Fox, el secretario de Hacienda decidió abrir la frontera a la importación de autos y ese comercio floreció en Matamoros, como en el resto de la frontera.
“Los vendedores de autos usados, se deban en lujo en 2008 de tener un auto usado propio y de llevar a sus hijos a una escuela particular. Ahora no tienen dinero ni para pagar las cuotas obligatorias de una escuela pública”, expresó.
Solamente en ese año, agregó, se importaron en toda la franja fronteriza un millón 600 mil autos usados y el Gobierno se llevó a las arcas por conceptos e impuestos 789 mil millones de pesos.
