MÉXICO, D.F.- Hillary Clinton resurgió como candidata presidencial con un firme control sobre los votantes demócratas y está por encima de los tres posibles rivales republicanos.
Así lo muestra una encuesta de Wall Street Journal y NBC News.
El sondeo, realizado días posteriores al primer acto público de Clinton a inicios de este mes, mostró que la ex Secretaria de Estado obtuvo un amplio apoyo de los grupos más susceptibles de determinar la elección, incluyendo los latinos y las mujeres menores de 50 votantes.
«Ella comienza con ventajas entre los grupos muy importantes», dijo el encuestador republicano Bill McInturff, que realizó el estudio con el demócrata Fred Yang.
Clinton tiene una ventaja al mando para la nominación presidencial demócrata de ocho a 13 puntos sobre sus contrincantes.
Para ser más exactos, ella tiene una ventaja de 48 a 40 por ciento más que Jeb Bush, una ventaja de 50 a 40 por ciento más que el senador de Florida Marco Rubio, y una ventaja 51 a 37 por ciento sobre Scott Walker.
«(Clinton ocupa) la posición más fuerte y más ventajosa», indicó McInturff a NBC News.
Un enorme 92 por ciento de los votantes demócratas dicen que podrían apoyar a Clinton, una cifra que era del 86 por ciento en marzo.
Pero también hay apoyo para otros candidatos.
El 75 por ciento de los votantes republicanos encuestados dijeron que podrían apoyar al ex Gobernador de Florida, frente al 49 por ciento de marzo.
En general, los encuestados han mezclado emociones sobre una contienda presidencial que contemple a Clinton y Bush.
Sólo el 16 por ciento de los encuestados dijo que sería «muy satisfecho» con ese desarrollo, en comparación con el 31 por ciento que dijo que la perspectiva sería «no satisfactoria.»
Aproximadamente la mitad de los encuestados cayó en algún punto intermedio, ya sea como «bastante» o «sólo un poco» satisfecho con ese resultado.
Una señal preocupante para Clinton y para los demócratas es que las opiniones respecto a la economía han dado un giro peligroso.
El 63 por ciento de los encuestados dijeron que estaban «algo» o «muy» satisfecho con el estado de la economía, frente a un 54 por ciento en enero.
La tendencia, si persiste, podría hacer que sea difícil para el candidato demócrata convencer a los votantes de que el partido se merece otro término de la Casa Blanca después de la administración de Obama.
