CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El historial de matrimonios y divorcios registrados en los últimos 10 años en Tamaulipas, refleja que el matrimonio ha sufrido una reducción del 30 por ciento; el divorcio en tanto se incrementó en un 100 por ciento, es decir la tasa de separaciones oficiales de parejas se ha duplicado.
Establecer una sola causa que orilla al divorcio sería imposible, aunque el deterioro de la comunicación parece ser la parte más delgada del hilo por donde se rompen los matrimonios, señaló el sacerdote Rogelio Colunga García, coordinador de la Pastoral Familiar de la Diócesis de Victoria.
La falta de comunicación se explica como la imposibilidad de escuchar al otro, no tanto de no darse a entender, lo que conlleva alguna parte de egoísmo en que se olvida que el matrimonio es la unión de dos personas en uno solo y por amor.
Agregó que la condición económica, la falta de compromiso o casarse muy joven, pueden influir en el rompimiento, así también como llegar al matrimonio por una atracción sexual más que de entrega completa por amor incondicional.
Dijo que ante el incremento en el número de divorcios o de parejas que viven en unión libre, el papa Francisco ordenó la apertura de la iglesia sin prejuicios para atender a las parejas divorciadas vueltas a casar, personas casadas sólo por el civil y madres o padres solteros o divorciados.
Infidelidad…la primera causa
Taydé González Lara, con una especialidad en Psicología Clínica, informó que la infidelidad es la principal causa de que el porcentaje de los divorcios en Tamaulipas sea del 70 por ciento.
El deseo sexual insatisfecho es lo que se esconde en ese afán permanente de tener encuentros íntimos con otra persona que no es la pareja, y esto proviene de una mala educación sexual.
Este grado de separaciones tienen una afectación social que nadie atiende, pues de por sí las políticas públicas presentan escasos esfuerzos en atender la salud mental y emocional de la población, subrayó.
“Siete de cada 10 divorcios son originados por la infidelidad y el origen de esa infidelidad es que las personas presentan un patrón de comportamiento adictivo al sexo”, detalló.
La especialista opinó que las políticas públicas ya deberían estar atendiendo el problema al menos en la prevención, pues dijo que si bien hay quienes piensan que es una pérdida de tiempo, se evitarían muchos problemas sociales a largo plazo.
Incluso dijo que este olvido oficial se cataloga como discriminación porque se les niega a las personas su derecho a la salud.
Prácticamente la población no cuenta con información disponible, ni preventiva ni de ningún tipo, y así se va diluyendo la base fundamental de la sociedad que es la familia, y lo peor es el destino incierto de los hijos, apuntó.
De acuerdo con la abogada litigante Rosa María Bañuelos Sevilla, las mujeres son por número las principales promotoras del divorcio, en su mayoría por infidelidad del marido o por violencia intrafamiliar.
Dijo que aunque menos, también hay mujeres infieles que son abandonadas por el esposo, donde el engaño es más difícil de perdonar por las costumbres machistas tan arraigadas en la sociedad.
“He llevado divorcios promovidos por la esposa que al cabo del tiempo perdona y hasta se vuelve a casar con la misma pareja, pero casi nunca he visto regresar a un hombre con la esposa que lo engañó, ahí es más difícil; aunque haya sido todo su querer, es raro que regresen”, dijo.
El factor económico también influye, sobre todo porque las mujeres están más preparadas, a veces ganan más que el esposo y ven el matrimonio como una parte importante de la vida pero no como algo esencial.
“Son nuevos comportamientos que están marcando cambios sociales muy radicales, en mi opinión espero que estas luchas por la igualdad se concilien porque el precio es alto con tanta desintegración familiar”, subrayó.
