CUERNAVACA, Mor.- “Si José Manuel hubiera seguido en el seminario, hubiera llegado a obispo e incluso a Papa”, dijo el párroco Luis Millán al oficiar una misa de cuerpo presente en favor del cantautor Joan Sebastian.
Su espera en la capital de Morelos comenzó alrededor de las 11:00 horas, cuando la nave principal, el atrio y los jardines de la catedral fueron atiborradas de visitantes que buscaron un espacio para despedir al ídolo de la canción ranchera.
A las 11:30 llegaron los familiares más cercanos del oriundo de Juliantla, Guerrero. Ahí estaban José Manuel y Julián, sus hijos, lo que provocó que los cientos de fanáticos se arremolinaran para ver, aunque fuera por un segundo, el féretro del poeta del pueblo.
Al mediodía se escuchó, por el sonido local de la catedral, la canción de “Juliantla”, composición hecha himno por Joan Sebastian a la localidad guerrerense, de donde era originario.
“Más allá del sol” fue coreada por el grueso de los asistentes y así dio inicio el oficio religioso, entre porras, empujones y discusiones con el cuerpo de seguridad conformado en su mayoría por religiosas y jóvenes de alguna agrupación católica.
El cuerpo fue dispuesto en el altar y una fotografía de gran formato del cantante flanqueó el ataúd con un solo arreglo floral.
“La vida de José Manuel, ambos nombres emblemáticos cristianos, fue luminosa; a todos nos dio gusto escuchar aquí sus canciones”, admitió el párroco durante su sermón.
Anheló que el canto del guerrerense se una al de sus padres Marcos y Celia, al igual que sus hijos Trigo y Sebastián, y cerró con “Dios con él, dios con todos para vivir en paz”, al tiempo que dedicó palabras reconfortantes para sus deudos, quienes ocultaron todo el tiempo sus rostros tras gafas oscuras.
Al terminar la misa, Federico Figueroa, hermano del autor de “Me gustas”, colocó un ramo de flores que una fanática le dio en representación de todo el público que no pudo entrar. “Fede, llévale este ramo a tu hermano y dile que su gente lo ama”, le dijo.
A la salida del cortejo hubo desmanes por la gente que ansiaba acercarse al ataúd. Las jardineras del pasillo central del atrio, en dirección a la reja principal, se vencieron y varias personas cayeron. Crisis nerviosas y una mujer con el pie fracturado fue el saldo.
Las columnas que detenían las rejas pequeñas de las jardineras, originarias del año 1527, sufrieron daños severos en su estructura.
En tanto, miles se dirigieron hacia las calles de Hidalgo y Rayón, en el primer cuadro de la ciudad, por donde pasaría el cortejo.
La carroza, escoltada por familiares, dio una vuelta al zócalo entre gente que coreaba sus canciones, porras, confeti y flores que arrojaron al paso.
El cortejo se dirigió entonces al sur de la ciudad, para partir rumbo al municipio de Taxco de Alarcón donde, alrededor de las 16:00 horas, se efectuará una cabalgata con los ejemplares equinos, propiedad del cantautor.