MÉXICO, D.F.- Más allá de los viejos automóviles que pasean sus pesados cuerpos de hierro por las calles de la Isla y las tradiciones que Ernest Hemingway impuso, la influencia y el legado de Estados Unidos no sólo no se interrumpió sino que se espera que con el deshielo entre Cuba y los Estados Unidos esa aumente.
«La nueva dirección del Presidente Obama hacia Cuba cambia nuestro enfoque, de nuestras diferencias con el Gobierno cubano a los lazos profundos y significativos que disfrutamos con el pueblo cubano», asegura John D. Feeley, subsecretario de Estado Adjunto Principal de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EU.
Dicha cita surge del video que el Departamento de Estado publicó para celebrar que la bandera estadounidense volverá a ser izada en la Isla.
Hecho que es un símbolo de la nueva etapa, pero no el único, ya que Feeley describe más avances.
«Estamos conectados ahora como vecinos, con un vuelo de la Habana a Miami que dura sólo 45 minutos. Estamos conectados ahora como familia, con los millones de cubano-americanos que han hecho enormes contribuciones a nuestro país. Y estamos conectados como pueblos amigos», agrega.
Esta etapa, insiste, lleva el compromiso de ampliar la prosperidad y fortalecer los valores universales en ambos países y en la región.
Por ello, los marines que bajaron la bandera de Estados Unidos de su Embajada en La Habana en 1961 serán los que icen el lábaro patrio este viernes en señal de la reapertura de relaciones diplomáticas 54 años después.
Para los marines Larry C. Morris, Mike East y Jim Tracy el regreso a la Isla para cumplir con este acto cerrará de manera emotiva un ciclo iniciado aquel 4 de enero cuando fueron seleccionados para rendirle honores a la bandera por última vez en suelo cubano.
«Fue un momento de sensibilidad, pero a la vez parecía como si algo no estuviera bien, como si algo estuviera perdido», recuerda East en el video.
La grabación recoge ese momento en la vida de estos tres marines, asignados entonces a la protección de la Embajada.
Tracy recordó entre risas que los tres fueron seleccionados porque querían a los tres marines más feos y confesó que en su caso piensa en Cuba todo el tiempo.
Por su parte, Morris no pudo contener las lágrimas al recordar como, después de que la bajaron, la doblaron ceremoniosamente de manera que quedara reducida a un triángulo.
«Pudimos simplemente haberla tomado y volver adentro, pero los tres decidimos que la íbamos a doblar», dijo con voz entrecortada.
Feeley señala que desde entonces los tres militares retirados han esperado el momento en que pudieran volver a la Isla, un país al que guardan un afecto especial.
«Por 54 años, el cálido afecto de estos soldados por los cubanos nunca desapareció, ni su creencia de que algún día ellos se volverían a reunir para izar la bandera», añade Feeley en el video.
Los marines, quienes viajarán acompañando a Kerry, recordaron que años después de su salida de la Isla, con frecuencia hablaban de volver para izar nuevamente la bandera de las barras y las estrellas.
«Cuando Jim me preguntó que si iría yo le dije que lo haría, aún si tuviera que pagar mi propio pasaje», indica Morris.
East agrega que, dada la historia de tensiones y sufrimiento entre los países tras el rompimiento de relaciones, esa posibilidad se presentaba como algo distante en el horizonte.
«Pero ahora pienso en eso cada noche. Ver la bandera siendo izada. Eso significa mucho».
«Con mi esposa estoy casado desde hace 44 años y he hablado con ella sobre Cuba durante 44 años…47 años», añade Morris con lágrimas en los ojos.
La grabación termina con la voz de Feeley retomando la analogía de las millas que separan a ambos países y lo que ahora les une.
«¿Cuán lejos es una distancia de 90 millas?, ¿Cuánto tiempo son 54 años?. Quizás es lejos y es mucho tiempo, en términos de una vida, pero no es nada en comparación con la amistad profunda y duradera entre Estados Unidos y el pueblo cubano?, concluye.




