CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La ciudad vuelve a vivir un nuevo auge de vandalismo y graffiti, por lo que están apareciendo pintas y daños en edificios y monumentos públicos, casas particulares y en zonas populares.
Desde hace cuatro años, esta manifestación vandálica había desaparecido, de acuerdo a la versión de grupos que se dedicaban al graffiti y de autoridades.
Hoy, la zona centro es blanco de los graffiteros sin que autoridad alguna los contenga.
Casas, edificios, bardas y hasta postes tienen nuevas pintas, irregulares, o con formas; tal es el caso del viejo edificio del Cine Avenida, que muestra en sus paredes y ventanas nuevos graffitis y pintas que van desde rayados desordenados, claves grupales, y hasta mensajes radicales referidos a Ayotzinapa.
Al igual que la zona centro, sectores como la colonia Unidad Modelo aparecen con bardas tapizadas por el graffiti vandálico y de acuerdo a las autoridades municipales, estos hechos están violentando el reglamento de Bando de Policía y Buen Gobierno.
Bartolo López, residente de la colonia Ravizé, dijo que son “muchachitos” vagos quienes los realizan .
“Antes ni salían de sus casas porque tenían miedo que les pasara algo; ahora que ya se sienten más seguros, han reaparecido y los ves por las tardes en las canchas de la colonia, jugando y también rayando las bardas y paredes. ¿Temor a la Policía? No; ni se inmutan; ellos andan por los peces gordos; no les interesan estos delitos”
La colonia Unidad Modelo tiene muchas paredes rayadas; la Secundaria General 6, las dos primarias, el salón de actos públicos, y lo que fue la Delegación de Seguridad Pública, fue tapizada en su totalidad, durando así 4 años, hasta éste, que remodelaron el edificio.
Cabe mencionar que estos delitos tienen una pena de 76 horas de arresto, y en casos graves son consignados ante el Ministerio Público, principalmente cuando los propietarios realizan denuncias por daño en propiedad en contra de quienes son sorprendidos realizando pintas.
Actualmente, Desarrollo Social municipal tiene un programa para controlar a los “graffiteros” éticos; que se dedican al graffiti legal.