Una pregunta, en mi opinión, deberían formularse en torno a los diputados federales –primero las damas– Mercedes del Carmen Guillén Vicente y Baltazar Hinojosa Ochoa.
Si me permite, la lanzo al aire:¿Ganaron realmente con sus respectivos nombramientos como presidentes de dos comisiones en la Cámara Baja? La duda, muy personal, nace de una intentona de reflexión de su servidor, la cual no siempre significa razonamiento, sobre los escenarios a corto y mediano y plazo que se presentan ante los dos
legisladores tamaulipecos.
Con su permiso, ahí va. Los triunfos, cualquiera que sea el ámbito donde se logren, por lo general tienen dos filos.
El primero –el público– es el de la gloria, en donde los ganadores se ciñen laureles en las sienes, reciben reconocimientos a sus atributos, disfrutan los aplausos y son bienvenidos en todo lugar donde posen sus plantas.
El segundo –el privado– encierra sabores amargos. Ganar trae consigo más compromisos que cumplir, todos esperan que el triunfador siga brillando con el mismo esplendor; todos les exigen más esfuerzos y lo que es peor: cualquier tropiezo o desliz cometido por ellos se magnifica a la luz de sus victorias hasta convertirlos en catástrofes.
Ambos, Paloma –prefiero llamarla de manera coloquial– y Baltazar están hoy –es una apreciación personal, insisto– atrapados en el laberinto de sus primeras medallas como legisladores.
Están acotados en el filo privado, el amargo.Trataré de explicar esta opinión.
A ambos diputados, las responsabilidades que les otorgaron en Comisiones los han obligado a dedicar cada hora y minuto a la organización de sus áreas, a la elaboración de acuerdos internos con los demás integrantes de esos grupos, a la conformación de minutas, al rescate de pendientes y a un sinnúmero de actividades más que apenas les dejan espacio para comer y dormir.
Este mercado persa que es hoy la Cámara de Diputados los ha obligado a perder el ritmo en el propósito de ganar popularidad en el entorno tamaulipeco, dentro de sus aspiraciones a ser protagonistas centrales en la sucesión estatal. En forma paradójica, son los tamaulipecos más destacados en el Congreso federal y los menos activos en el
plano estatal.
¿Cuál de los dos personajes tiene más problemas por esta situación? Todo indica que Paloma.
Su labor, por dinámica que pueda ser en el arranque, no puede compararse al efecto positivo que podría causar en el Estado Hinojosa Ochoa si puede lograr un plus en el beneficio presupuestal a tamaulipas.
De hecho, en esa posibilidad descansan los puntos porcentuales que podría sumar Baltazar a su haber en relación con el 2016. Como ve, los triunfos a veces no son tan agradables como parecen… MÉRITOS Por el ángulo que se quiera ver, la reunión del gobernador Egidio Torre Cantú con los diputados federales tamaulipecos de todos los partidos políticos para sumar esfuerzos, es una pieza de orfebrería política.
En estos momentos de desconcierto sobre el gasto público y las expectativas de raquitismo presupuestal que aparecen para 2016, el formar un solo bloque para defender al Estado, sin excepción de colores o siglas, es lo mejor que le puede suceder a Tamaulipas. Vayan pues un reconocimiento al Ejecutivo estatal por su capacidad de convocatoria y un aplauso a los legisladores por pensar primero en los tamaulipecos…
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