MATAMOROS, Tamaulipas.- El último de los objetivos prioritarios de la estrategia de seguridad en Tamaulipas, Ángel Eduardo Prado Rodríguez, alias «Orejón» o «Ciclón 7» fue detenido la mañana de ayer en Matamoros.
Fue capturado por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional cerca de las seis de la mañana.
El titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), Renato Sales Heredia, informó en un mensaje a medios este viernes que Prado Rodríguez, originario de Río Bravo, Tamaulipas, era encargado de las actividades delictivas en Matamoros, además de ser presumiblemente el causante de la violencia en dicho municipio tamaulipeco.
«En 2005 este sujeto formó parte de los grupos operativos a servicio de Ezequiel Cárdenas Guillén, en ese año, pasa a ser escolta para la familia Cárdenas Guillén y fue asignado como jefe operativo y del grupo de informantes en dicha localidad», mencionó Sales Heredia.
El funcionario federal confirmó que el Ciclón fue responsable de hacer frente a grupos rivales, tanto dentro como fuera de Matamoros; el hombre también estaba a cargo de cometer delitos como secuestros, homicidios, extorsiones, trasiego y comercialización de drogas, así como tráfico de indocumentados y extracción y comercialización ilegal de hidrocarburos en Matamoros.
Renato Sales destacó que el presunto delincuente «fue detenido sin efectuar un solo disparo, al momento de su detención el hombre llevaba consigo 5 armas largas, 20,000 dólares en efectivo, un vehículo y seis bolsas presumiblemente de estupefacientes. El líder delincuencial tiene una orden de aprehensión por evasión de reos», agregó el titular de la Comisión Nacional de Seguridad.
Los soldados implementaron un operativo durante la madrugada, lo que permitió la detención sin enfrentamientos de por medio.
A partir de entonces, se montó un impresionante cordón de seguridad para prevenir un posible intento por liberarlo.
Tres helicópteros, de la Sedena, la Marina y la Policía Federal sobrevolaban las inmediaciones de la delegación de la Procuraduría General de la República en Matamoros, ubicada en la zona centro de la ciudad.
Además militares cerraron la circulación en la calle Sexta a la altura de la dependencia federal.
Desde las 8 de la mañana, hasta pasadas las 2 de la tarde, cuando el capo fue trasladado vía aérea a la Ciudad de México, se mantuvo el cerco de vigilancia en Matamoros.
El «Orejón» era el objetivo número 15 de la lista de blancos prioritarios elaborada por el Grupo de Coordinación Tamaulipas cuando se implementó la segunda fase de la estrategia de seguridad, el 13 de mayo del 2014.
Desde esa fecha, fueron cayendo uno a uno los jefes de plaza delincuenciales de todas las regiones de la entidad, pero el «capo» de Matamoros había logrado burlar a las distintas corporaciones de seguridad que andaban tras sus pasos.
Luego de que la detención se hizo pública, en redes sociales, la ciudadanía mostró temor porque pudieran presentarse hechos de violencia.
Algunas sucursales bancarias y comercios cercanos a la Procuraduría General de la República, incrementaron sus medidas de seguridad.
Por la tarde, la alcaldesa de Matamoros, Lety Salazar, reconoció la labor de la Sedena por la captura de «uno de los delincuentes que más daño ha hecho en nuestra ciudad en los últimos tiempos al liderar un grupo del crimen organizado».
Además de exhortar a las autoridades competentes redoblar esfuerzos para salvaguardar la integridad de las familias de Matamoros ante posibles «reacomodos entre los grupos que puedan disputar la plaza», pidió a la ciudadanía extremar precauciones.
Y de hecho cerca de las 17:00 horas, en la Avenida Rigo Tovar por el área de Laguneta, se registró una persecución que terminó con la muerte de un presunto delincuente que estrelló la camioneta en la que se movía.
Tensa calma
Durante toda la jornada de ayer, Matamoros vivió momentos de tensión ante el temor de que se pudiera repetir la experiencia de años atrás cuando han sido capturados o abatidos en la ciudad otros «capos» regionales de la delincuencia.
La «batalla» más recordada es la que concluyó con la muerte de Ezequiel Cárdenas Guillén, «Tony Tormenta» el 5 de noviembre de 2010, tras un intenso día de enfrentamientos en el centro de la ciudad.
Además, lo ocurrido en la zona conurbada del sur de Tamaulipas y en Reynosa cuando se registraron detenciones de alto perfil, hacían suponer a la población que la situación se tornaría violenta también en esta ocasión.
Matamoros vivía una paz relativa desde hace un par de meses cuando cesaron los enfrentamientos entre la facción de Reynosa, del mismo grupo delictivo.




