CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Hay quienes aprovechan estas fechas para disfrazarse, mientras que otros rinden culto a sus difuntos, pero en Tamatán, eligieron conmemorar el Día de Muertos con un terrorífico recorrido a través del zoológico, fue así que miles de personas recibieron un gran susto.
Al llegar al zoológico se formaron grupos de cuarenta personas, quienes eran lideradas por un guía para comenzar el viaje en completa oscuridad.
Al inicio, el guía dio indicaciones a los asistentes para evitar perderse en tan tenebroso lugar, posteriormente contó un par de historias que se rumora han sucedido en el parque, como la aparición de una pareja de enamorados que quedó encerrada durante la remodelación, misma que se aparece durante las noches para acompañar a los vigilantes.
Al avanzar diferentes criaturas se hicieron presentes e hicieron pegar de gritos a quienes atentos escuchaban las leyendas que contaba el guía.
Mientras bromeaban por el miedo, el líder recordó una historia que le contaba su mamá cuando era pequeño y que lo asustaba profundamente, el ropavejero, quien según cuenta la historia se llevaba a los niños que se portaban mal para nunca más regresarlos a casa, tal parece que este recuerdo invocó al espíritu de este malhechor, pues justo cuando atentos escuchábamos a nuestro guía un ligero silbido se escuchaba a lo lejos, cuando de la nada se apareció ante la mirada atónita de los asistentes, mientras gritaba y perseguía a algunos pequeños que nos acompañaban, el mayor susto vino cuando un niño saltó en su carrito, quien penaba por no haber obedecido a su familia.
Asustados y gritando el grupo siguió su camino hasta llegar a una zona tranquila e iluminada, ahí aguardaba una hermosa joven, quien desde su balcón alertaba a los paseantes para que salieran de ahí lo antes posible, cuando se le preguntó el porque asustada gritó que su celoso novio la había atacado, al voltear a verlos, su rostro desfigurado se iluminó, llenando de miedo a quienes la veían, un inevitable grito alertó al celoso hombre que sin dudar corrió a todos para evitar que vieran a su novia.
Tan enérgico fue el hombre que todos salieron corriendo y entraron a un oscuro túnel sin imaginar lo que les esperaba, telarañas y humo envolvían la presencia de un horrendo demonio, quien al verse perturbado los persiguió hasta lograr correrlos de su escondite.
Al intentar encontrar una salida, llegaron a un desolado lago, donde a lo lejos se escuchaban los sollozos de una desesperada mujer que clamaba la presencia de sus hijos, desesperados por descubrir quien era la pobre madre que buscaba a sus crías, descubrieron que estaba sobre el agua, al llamarle, giró haca ellos dejando ver su fantasmal rostro, no quedó más que salir corriendo, hasta topar con otro túnel. Asustada sin saber que esperar una niña le rogaba a su madre regresar a la entrada, pero era imposible sin tener que enfrentar a todos los espectros, así que decidieron seguir junto al grupo.
Antes de finalizar el espeluznante paseo, una tétrica voz los invitó a recorrer el laberinto del terror donde esperaba el temible hombre lobo y la muerte, juntos otros maléficos seres.
Quienes lograron escapar del laberinto llegaron a una extraña y poco iluminada zona, inundada por el característico olor del incienso, poco a poco el camino se iluminó con velas, mismas que guiaban hacia un altar, ahí colocaron diversos alimentos y bebidas, que según platicaron eran los preferidas de algunos difuntos, cuyas fotos se encontraban en lo alto de la ofrenda.
Al salir había un zoomenterio, donde se encuentran sepultados algunos animales que vivieron en el zoológico de Tamatán.
Después de un respiro y sintiéndose a salvo, las familias asistieron a la zona de snack del parque donde probaron algunos alimentos pero ni así se libraron de los fantasmas, pues por ahí rondaban el jinete sin cabeza y el monstruo del pantano, no les quedó más remedio que salir corriendo del zoológico y esperando regresar en el día con mayor claridad.




