Todos los aspirantes a la candidatura por la gubernatura, de todos los partidos, buscan el modo de promocionar su imagen para posicionarse de cara a la decisión de sus partidos, y de paso adelantarse al inicio formal de las campañas.
Es lo más natural del mundo y en sus afanes por evitarlo, la autoridad electoral podría caer en excesos.
Como suele suceder con la sobrerregulación en casi cualquier aspecto de la vida pública, esto puede generar consecuencias inversas: la principal es que se fomente la opacidad.
Es decir, de algún modo u otro los aspirantes a candidatos encuentran la manera de sacarle vuelta a la ley. Y en ese contexto, no puede existir claridad sobre lo que están haciendo y de dónde salen los recursos para conseguirlo.
Estar activos en puestos públicos es un arma de dos filos que funciona solo para quien sepa cómo aprovecharla.
Los diputados federales que buscan ser candidatos a gobernador tienen una buena coartada para moverse por la entidad.
Hacer acto de presencia en Tamaulipas no solo les está permitido sino que es su obligación, por aquello de escuchar a a sus representados.
Los que están fuera de la nómina gubernamental en cambio tienen que tener mayor imaginación, aunque a su favor juega el hecho de que al no ser funcionarios públicos no son sujetos a a la norma que prohíbe la autopromoción.
El Instituto Electoral de Tamaulipas ha advertido que será estricto para evitar los actos anticipados de campaña.
El problema es que al juzgarlos pisa el terreno de la subjetividad.
¿Cuál es el rasero para medir la colocación de un espectacular, la publicación de una revista o la entrega de vasos y camisetas?
¿Cómo calificar el tono empleado por uno u otro aspirante al momento de dar a conocer sus intereses? Porque mientras hay quienes admiten sus aspiraciones sin ningún temor, hay otros que solo se atreven a hacerlo off the récord.
La única certeza es precisamente que no hay claridad sobre los límites a los que pueden llegar los muchos suspirantes que trabajan con la mira puesta en el 2016. Si el IETAM quiere ser de verdad estricto va a tener mucho trabajo de aquí a que termine el año. Y ello garantiza dos meses llenos de polémica.
Marihuana, sí…
Finalmente fueron cuatro de cinco los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación los que aprobaron el amparo que permitirá a cuatro personas el cultivo y consumo personal de marihuana.
Si bien queda claro que esta no es propiamente una legalización del consumo personal de la yerba, también resulta evidente que se trata de un primer paso en ese sentido. Lo que la Corte determinó ayer es que su prohibición viola las libertades personales de los mexicanos.
Por ende, vendrá ahora un intenso debate al respecto para dar el siguiente paso. Ojalá que quienes participen de él, lo hagan despojados de fobias y prejuicios.
