Tal vez, aún es muy temprano para sentarlo frente a una bola de cristal. El proceso electoral del 2016 es apenas un lactante que reclama su mamila, desde la cuna. Pero vale la pena echar un vistazo hacia lo que le espera a un personaje como Rafael González Benavides, ese matamorense arropado en su infancia por los sedosos pañales de las élites cetemistas.
Siempre me ha llamado la atención, el peculiar estilo educado de Rafa González. Pareciera que el hombre está hecho para un escenario armonioso, ¿así será?. Para empezar, su carácter y su aparente bonhomía parecen acoplarse a las vibras apacibles de su amigo Marco Antonio Bernal Gutiérrez.
Ambos matamorenses se han reencontrado, después de aquellos aciagos tiempos de la sucesión cavacista. Son como dos piezas del rompecabezas que hace tres sexenios no encontró condiciones para su realización.
Pero hoy… ¿qué pasa con ellos? Después de todo, ambos son seres de carne y hueso que no pueden evitar sus querencias y sus lealtades personales. ¿Le ganará la tentación a Rafa González por poner la estructura del priísmo tamaulipeco al servicio de su amigo Marco Bernal? De ser así, González Benavides estaría rompiendo las reglas de un proceso interno, sumamente exigente en lo que se refiere a la necesaria imparcialidad.
Esto último no pasa de ser una simple especulación, pues en los hechos como todo un político profesional, RGB sabe muy bien que, si la decisión de la gubernatura no viene por ahí, y lo cachan haciéndola de juez y parte, echaría por la borda todo lo ganado.
Por lo pronto, Rafa debe estar muy contento de que Marco Bernal siga llevando de menos a más su campaña interna por lograr el posicionamiento electoral en Tamaulipas.
A decir de algunos, eso es lo único que le falta a Bernal: acreditar presencia en el terruño, pues su carrera política y administrativa, por lo que usted guste y mande, se hizo en el centro del país.
Los activos políticos de Bernal se ubican paradójicamente en la sana distancia que durante los últimos lustros tuvo con la clase política de Tamaulipas. No le tocó la gloria del presupuesto estatal, pero tampoco lo alcanzó la crisis de un priísmo tamaulipeco, cuyo colapso estuvo marcado por el asesinato de Rodolfo Torre Cantú. Es decir, Bernal puede ufanarse de que en este sentido, no tiene cola
que le pisen. Y por ese sendero se está moviendo, capitalizando su calidad de cuadro emergente.
Desde la cúpula del PRI en Tamaulipas, también se pueden hacer grandes favores. ¿Será beneficiario Bernal de esas atenciones por parte de su amigo de la infancia en Matamoros?
En otras palabras, ¿la respetable y entrañable relación entre Bernal y Rafa, logrará regalarle al ex Presidente de la Comisión de Energía, el bono que le hace falta, para decirle a su padrino del CEN: estoy listo para ser el candidato?
En todo caso, Rafa deberá optar entre arropar al amigo o proteger su propio futuro político.
EL MURAL DEL CONGRESO, LA IMPRONTA DEL SEXENIO
Dicen que cada sexenio deja su huella personal, su impronta. En el caso del periodo que encabeza Egidio Torre Cantú, el mural que acaba de realizarse en el Congreso local, represente sin duda un homenaje a los tamaulipecos más sobresalientes. De todos ellos, es necesario destacar a un político como Emilio Portes Gil, hasta la fecha el único Presidente de la República, originario de la capital. Manuel González es otro tamaulipeco que fue Presidente en los tiempos de su compadre, Porfirio Díaz. Ignoro si lo incluirían. Pero me parece justo que hayan plasmado a la poetisa y escritora Altaír Tejeda de Tamez.
CABEZA DE VACA SE ENSAÑA CONTRA CANTÚ ROSAS
Todos sabemos que los recientes ataques contra el alcalde de Nuevo Laredo, Carlos Cantú Rosas Villarreal, han sido auspiciados por su enemigo panista, el senador Francisco García Cabeza de Vaca. La lucha interna en el PAN por momentos pareciera mucho más cruenta que en el PRI.
Sobre todo porque Cabeza quiere a como dé lugar ser el próximo candidato blanquiazul a la gubernatura. Pero sus métodos están muy lejos de ser producto de la suma y de la reconciliación, más bien todo lo contrario: busca despedazar la honra pública de sus rivales, tratando de borrarlos del mapa sucesorio.
Por ese camino de las descalificaciones y los golpes bajos, dudamos que Cabeza logre ser el candidato de su partido, y si llegara a serlo, le va a costar mucho llegar a la primera esquina de palacio, pues el que siembra tormentas, cosecha tempestades.