5 diciembre, 2025

5 diciembre, 2025

Grave rezago experimenta la industria cañera

En México se desaprovecha el fruto de la caña, pues en otros países se producen hasta 300 coproductos derivados con la quema de la vara y otros, por el nulo aprovechamiento de los desechos como el bagazo

EL MANTE, Tamaulipas.- El bache económico que enfrenta la agroindustria azucarera en México podría tener sus orígenes en el grave rezago tecnológico en que viven los ingenios, que a su vez les impide diversificarse y obtener más productos de la caña, como lo hacen otros países de Asia y América principalmente.

El doctor Jorge Aurelio Lois Correa, con años de estudio sobre la agroindustria azucarera mexicana comparada con esa misma actividad a nivel mundial, afirma que los productores y empresarios en el país se han quedado atrás respecto a otras economías en las que también se desarrolla esta actividad.

El doctor, integrante del cuerpo de maestros del Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología Avanzada (CICATA) del IPN en Altamira, no quiere estimar el rezago en años de la agroindustria azucarera mexicana respecto a otras, pero más tarde confirma que la India, China, Australia e incluso África del Sur comenzaron a sacarle mayor provecho a lo que en los ingenios mexicanos llaman «desperdicio» desde hace por lo menos 20 años.

Afirma que México es señalado a nivel mundial por utilizar el método de la quema de caña y no solo por el tema del atentado al medio ambiente, sino porque se desaprovecha lo que llama un «caudal de biomasa», con la que se pueden obtener coproductos de valor agregado como químicos, enzimas y alimento animal.

«Con 2 toneladas de paja de esa que se está quemando, se puede producir una tonelada de setas comestibles que está valorada en 8 mil dólares en el mercado mundial, además de alimento animal predigerido y así una amplia gama de cosas», dijo.

Las comparaciones

Añade que por ocho años tuvo el cargo de comisionado internacional de coproductos de la caña de la Sociedad Internacional de Tecnólogos de la Caña de Azúcar (ISSCT por sus siglas en inglés) y desde entonces, se marcaba la diferencia entre países que quemaban la caña y los que no; insistió que esta comparación es no solo por el tema ecológico, sino por el aprovechamiento.

«En La India hay una empresa cuyo ingenio produce 25 coproductos a partir de la caña y genera 186 millones de dólares al año a partir de esa diversificación; en La India producen incluso perfumes, whisky y ron a partir de la caña y toda una serie de cosas más de productos químicos que generan una gran cantidad de beneficio», dijo.

Agregó que China en épocas pasadas no era un estado azucarero, pero ahora tan lo es, que aprovecha hasta las aguas residuales del ingenio, tratándolas, purificándolas y usándolas como agua destilada a la industria farmacéutica.

«Por eso desde el CICATA-IPN estamos trabajando en la propuesta del desarrollo de una instalación azucarera en México, basada en la diversificación, porque si el precio del azúcar se cae, nos tenemos que preguntar de qué vamos a vivir, para eso requerimos esta multiplicidad», indicó.

La competencia para el azúcar
Dijo que otro de los riesgos para el azúcar –como eje único de la producción en la agroindustria cañera– son las competencias de otros edulcorantes que son más baratos de producir y obtener y son centenares de veces más dulces y menos dañinos.

«La estevia, el taumapin, el sorgo dulce, la fructuosa son una competencia y por eso el modelo de desarrollo es producir fructuosa a raíz de caña y hasta 300 coproductos que podemos obtener y que ni
siquiera conocemos en México», indicó.

Lois Correa afirma que cuando el precio del azúcar se eleva en el mercado mundial, inmediatamente es «estabilizado», a base del consumo de otras alternativas como la propia fructuosa, por lo cual insistió, es urgente diversificar a la agroindustria.

Avance cero por falta de tecnología

Pero quizá lo más preocupante de todo este conocimiento y del «desperdicio» en el que México incurre respecto a otros países, es que de todo lo que se sabe poco se aprende y nada se avanza.

El doctor Lois Correa afirma que hay avances pero muy «tímidos» y citó como ejemplo el ingenio Motzorongo en Veracruz, donde producen autohidrólisis de bagazo, pero esto se produjo por ejemplo diez años después de que se trabajó con esto en Cuba.

«Esto sirve para hacer la fibra de bagazo predigerida, dársela a las reses y que la aprovechen más, pero esto es solo una utilidad», afirma.

El origen de todo, según afirma, es la falta de tecnología en la agroindustria mexicana, siendo este un rezago en un país que tiene todo para superar esas condiciones.

«Me parece que tenemos que producir grandes cambios, tenemos el proyecto pero no el recurso, si esas cosas no se combinan, no vamos a avanzar», sentencia.

Facebook
Twitter
WhatsApp

DESTACADAS