1.-Una tensa calma envuelve al estado, sea que un buen de ciudadanos permanecemos a la expectativa y en veces hasta soñamos. Pareciera que Tamaulipas dormitara a la orilla del río y, sin embargo, en las profundidades del sistema preparase lo que sin duda sacudirá las arterias más sensibles de la sociedad. No es mucha ciencia suponer que la paisanada está pendiente del alumbramiento que viene con lo que ha de inaugurarse la nueva era sexenal. Será un parto múltiple en considerando el número de quienes se anotarán como prospectos oficiales a la gubernatura.
Cuando menos tres, cuatro quizá, los nombres que ocuparán la cartelera del inminente estreno. Uno con más posibilidades que el resto aunque vigilando al rival más cercano, “nada más para que no se pase de rosca”. En este sentido dependerá de la calidad, empuje y credibilidad, sea que indistintamente el triunfador podría ser panista o tricolor. A estas alturas del juego pareciera que da lo mismo…pareciera, aunque las evidencias señalan hacia una serie de batallas que dejarían como saldo numerosos difuntos e incontables heridos, políticos desde luego, de eso estamos hablando.
Podría ser un priista o panista quien escriba la historia del próximo sexenio digo, toda vez que esta ocasión podría ser la campaña más competitiva y tal vez la más descarnada, motivada justamente por la forma y manera en que la república enfrenta sus propias contradicciones.
Tamaulipas entonces, será referente de un estilo inédito de hacer política, al menos en los últimos tiempos.
No son los grupos postrevolucionarios que se enfrentaban a balazos y en el mejor de los casos tomaban urnas como botín electorero incendiando el contenido cual pecado purificado a base de fuego, ni los pleitos de cantina solucionados en medio de sangre, sudor y lágrimas. Tampoco las familias disfuncionales que hacían de “la unidad revolucionaria” la más frenética inquisición sin derecho a defensa y ni siquiera a réplica por alusión simple.
2.- Lo que ahora vive Tamaulipas es diferente, muy diferente de lo que pudo ser hace seis, doce o diez y ocho años. Es una tensa calma, insisto, preludio de las novedades que nos han de traer las sagradas escrituras que descenderán del glorioso valle mexica cualquier día de estos signadas por el gran sacerdote para ser obedecidas si excusa ni pretexto. Que sea para bien es la esperanza si del PRI se trata, que traigan entusiasmo y deseos de seguir luchando porque pareciera que al estado no le resta más destino. ¿Han sido los políticos los bendecidos por la sabiduría?.
Eso lo dirán las nuevas generaciones que recién han descubierto su enorme capacidad para enjuiciar y exterminar cualquier asomo de estorboso obstáculo hacia su excelencia. Ojo, porque tal vez usted no se ha dado cuenta de que el estado como ente físico e histórico ya no pertenece a quienes dejamos de ser activos de la dialéctica social. Esto ya es de los jóvenes que dudan en tomar la estafeta entregada por generaciones que no fuimos capaces de aportar lo suficiente y en cambio complicamos su transcurrir al futuro o al presente mejor dicho, que no es lo mismo pero es igual.
El asunto es que estamos en los albores del gran suceso y como si nada. Cabe reflexionar sobre la dosis de paciencia que alimenta a los tamaulipecos como para permanecer distantes de lo que ha de influir su existencia. ¿De qué está hecha la paisanada como para depender del gran designio sin el más leve quebranto de su resignación?.
Usted dirá que el PRI ha realizado una serie de eventos que de alguna manera han colocado en el aparador a sus protagonistas de moda. Tiene razón pero de ahí a que la participación de su militancia sea real hay mucha distancia porque todo es parte de un proceso de distracción para ganar tiempo y solventar formalismos. Ya sabemos que la verdadera tarea “política” se realiza en lo obscurito y de preferencia en los rincones más escondidos, donde no llega la indiscreción y donde no se filtran ni los rayos del sol. Y ni modo que sea invento.
RENDICIÓN DE CUENTAS
Al supremo gobierno le preocupa mucho el qué dirán los medios más influyentes del mundo-mundial. Recién sucedió con el “The New York Times” que se atrevió a dudar de la trasparencia oficial que todos nos consta, es más virginal y pudibunda desde que ese buen hombre de Virgilio Andrade Martínez se convirtió en secretario de la Función Pública en un acto muy cercano a la comedia humana. Recordéis que allí mismo el presidente Peña Nieto le ordenó investigara “hasta las últimas consecuencias” el dichoso conflicto de interés relativo a la célebre “casa blanca” de las Lomas. Después supimos lo que 120 millones de mexicas de antemano suponían, sea que dicho enredo fue producto de envidiosos que no soportan el éxito ajeno. Sobre todo si lo promueve Televisa.
Nuestros funcionarios entonces, se angustian por los díceres en el exterior, por ello don Virgilio ha sacudido al planeta Tierra al asegurar que el gobierno mexicano “sí rinde cuentas y está comprometido con la transparencia”. El resto es puro chisme, digo yo.
SUCEDE QUE
La ineptitud en Comapa es un escándalo después de la sed padecida por miles de familias victorenses en los albores de las navidades y por espacio de varios días que en decenas de colonias se convierten en semanas. ¿No es suficiente para el cese del gerente Eliseo García Leal sin importar que sea sobrino político de Marte R. Gómez?.
Y hasta la próxima.
