Vale la pena acudir al registro para recordar cómo iniciaron sus actividades proselitistas quienes aspiran a convertirse en candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la gubernatura de Tamaulipas.
Lo que encontramos es que en algunos casos se observa un proceso ascendente, es decir, hay quienes han ido de menos a más, y quienes comenzaron con mucho entusiasmo y parecen haber optado por bajar la intensidad en el cierre de la competencia.
En el caso de los dos matamorenses es muy fácil apreciar esta diferencia.
Baltazar Hinojosa Ochoa tuvo sin duda el más estruendoso de los “destapes”. Si bien, éste llegó mucho tiempo después que el de los demás, la claridad con la que expresó sus intenciones y la magnitud del evento en el que lanzó su proyecto político, obligaron a sus adversarios y a los analistas a colocarlo como el contendiente a vencer.
En esa tesitura se mantuvo durante varias semanas hasta que a final de año decidió reducir la velocidad.
Comenzó el 2016 y no se ha roto el silencio que se impusieron Balta y los suyos. De hecho, ayer el diputado federal aclaró que está dedicado a tratar asuntos personales y será en los próximos días cuando vuelva a la actividad pública, en espera de que su partido emita la convocatoria para la candidatura que busca.
Marco Antonio Bernal Gutiérrez, por su parte, comenzó este camino consciente de su principal debilidad. En corto, admitía que su rostro era poco conocido y por eso tenía que esforzarse el doble que los demás.
Comenzó con pequeñas reuniones, encuentros tímidos que servían para presentarse con sectores de la población para los que su nombre significaba poco.
Al filo del reglamento electoral, consiguió posicionar su imagen.
Desde hace más de un semestre, Bernal Gutiérrez ha venido pisando el acelerador. Pasaron las fiestas navideñas y fue el primero en reactivar su agenda, como una muestra de que planea cerrar la competencia con un último “sprint”.
Pese a la diferencia en las estrategias, los dos matamorenses siguen considerados como finalistas en la contienda interna por la candidatura. Esa lista obviamente varía de acuerdo con quien la dicte, pero seguramente debe incluirse en ella a otros personajes como Alejandro Guevara Cobos.
Aunque vale la pena, decirlo una vez más: a estas alturas todavía cualquier cosa puede ocurrir.
La supervivencia del PRD
Llama la atención la pasión con la que el dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Agustín Basave Benítez, defiende las alianzas con Acción Nacional (PAN) en determinados estados.
La determinación del presidente perredista llegó a tanto que ya amenazó que si las tribus de su partido no las aceptan, renunciará a su cargo.
La postura de Basave Benítez demuestra lo que ya muchos han insinuado: de las coaliciones con el PAN no dependen solamente los resultados de unas cuantas elecciones locales; lo que está en juego en realidad es la supervivencia del PRD.




