En este tema de la inseguridad, y ustedes perdonarán que sea reiterativa en esto, hay muchas ópticas desde cuales observar el fenómeno, una de ellas es la expectativa de vida que tienen los mexicanos enmedio de un ambiente violento.
Afortunadamente no todos están cerrados a documentar este periodo que nos ha tocado vivir, para mal en Tamaulipas y en muchos lugares más del territorio nacional.
Los resultados de un estudio realizado por diversos académicos de varias universidades de México y el mundo en Health Affairs, con datos basados en las estadísticas de Instituto Nacional de Estadística y Geogafía, los investigadores concluyeron que la expectativa de vida para los hombres mexicanos cayó en siete meses, pero en Chihuahua el tiempo es de 3.1 años, cifra incomparable a las bajas que registró en un momento Estados Unidos en la guerra contra Irak.
Esto significa que los hombres mexicanos entre 20 y 39 años durante el periodo comprendido entre 2005 y 2010, las posibilidades de morir debido a la violencia registrada ha sido muy alta, comparada con los tiempos de la Revolución Mexicana.
Los investigadores no descartan que sean otros factores como enfermedades como la diabetes los que hayan provocado esas bajas entre los hombres, pero resulta que los tiempos de mayores muertes de varones ocurrieron durante el periodo de la ofensiva más fuerte contra la delincuencia organizada.
El estudio cita a diversos estados entre ellos a Tamaulipas como una de las regiones donde se ha registrado las mayores pérdidas de vidas de hombres en edad productiva.
Esa reducción en la esperanza de vida tiene efectos inmediatos en el desarrollo de las ciudades y los estados, la fuerza laboral que representaban esos miles de hombres perdidos por la participación de las fuerzas armadas y la delincuencia oganizada están significando también pérdidas en las familias las que en muchas ocasiones perdieron de esa forma al único sostén de la familia.
Es importante reflexionar sobre los efectos de una estategia fallida contra los grupos delictivos, se hace necesario replantear las acciones desarrolladas para frenar la ola de violencia.
Esta más que claro que los nueve años de lucha en las calles no ha significado una reducción de la fuerza de los grupos delictivos y sí se ha empeorado la situación económica y la calidad de vida de los habitantes de las regiones afectadas.
Esta clase de estudios basados en las cifras del propio gobierno mexicano tendrían que ser un llamado de atención fuerte que coadyuve a disminuir los riesgos para la población que no tiene nada qué ver con esa lucha escenificada en las calles y las casas de personas que forman parte de los “daños colaterales” de los que habló en su momento Felipe Calderón, ex mandatario de triste memoria para los tamaulipecos.
EL PODER NO DURA PARA SIEMPRE
Comenzó la cuenta regresiva para quienes desempeñan cargos de elección popular en Tamaulipas. El anuncio del dirigente estatal priista de que están próximos a definir quién será la o el candidato a la gubernatura abrirá el paso a la llamada “bufalada”, aquellos simpatizantes de este partido o sus militantes que se cargarán con quien resulte destapado al cargo más importante de la entidad.
Asimismo otros partidos como Movimiento Ciudadano se preparan para armar sus cuadros de candidatas y candidatos y habrán de determinar si Gustavo Cárdenas dará la pelea por tercera vez para obtener la silla estatal.
Una encuesta, en el caso de los panistas, posiciona a Leticia Salazar, alcaldesa de Matamoros como la puntera para llevarse la nominación blanquiazul, pero hay otros dos tiradores que quieren ser ellos los que encabecen la contienda.
Mientras todo eso se desarrolla, el poder ejercido por quienes están ahora dirigiendo al estado empieza a menguar y será más evidente cuando haya candidato priísta, es como una liturgia, una ceremonia repetida hasta la saciedad.
Por ello, como el poder no dura para siempre y quienes no lo acepten, están viviendo en el error como algunos de los ex gobernadores que no entendieron que cuando se toma protesta a la nueva o nuevo mandatario, mientras va bajando su brazo, se va anulando el poder anterior, quiérase o no.
Es más, el poder se escurre rápido mientras se nombra al nuevo aspirante y las cortes de súbditos se le unen en la campaña, dejando solo a quien estuvo al frente de Tamaulipas. Y otra vez, muerto el rey, viva el rey o reina.
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