CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Llegó a la fiesta con un vestido de novia blanco de cola larga, como el que siempre había soñado, y en la puerta del recinto esperaba el novio para hacer su entrada juntos y bailar «Por ti me casaré» de Eros Ramazzotti.
Así comenzó la boda de Martín Quintero y Miguel García, conocido también como Kenya Balmori.
Este fin de semana la pareja gay se casó en Ciudad Victoria, acompañados de cerca de 200 familiares y amigos que celebraron con ellos el triunfo de su amor.
Su historia juntos comenzó en 2011, cuando Martín tenía 15 años y acudía a los partidos de fútbol de «las Diablas», un equipo gay de la ciudad que cada domingo reunía a cientos de personas en el Centro de Convivencias Número Uno de la colonia Buena Vista.
Entre la multitud, Martín observaba a ‘Kenya’, que en aquel entonces tenía 28 años, pero ella no lo veía, nunca supo de él, hasta el año pasado, cuando recibió una solicitud de amistad en facebook.
«Yo la conocí porque desde hace cinco años iba a ver los partidos de fútbol en el Centro de Convivencias Uno, de la colonia Buena Vista, yo iba a los partidos de ella. Siempre me gustó, pero no me atrevía a hablar, hasta que el año pasado la encontré en Facebook, le mandé Inbox y no me contestaba, tardó mucho, pero ya un día empezamos a hablar, platicábamos todos los días, y me gustó más, por su forma de ser», cuenta Martín.
Ambos provienen de familias tradicionales; el novio tiene 20 años, y es el mayor de tres hermanos que siempre fueron cuidados por dos padres. La novia tiene 33 años, es la hija número seis, de un total de siete que fueron criados por su madre.
Contra los tabúes de sus familias se arriesgaron, y Martín tomó la iniciativa de invitarla a salir, pero Kenya estaba renuente de convivir con alguien 13 años menor, y aunque se portaba bien con ella, desconfiaba.
Tras unos meses de convivencia, ambos se sintieron emocionalmente unidos, y surgió la pregunta que Martín había esperado hacer durante cinco años.»Fue poco a poco, salimos y nos conocimos, y hace tres meses me entregó el anillo, en un evento de belleza gay, tras bambalinas me pidió matrimonio, se arrodilló y enfrente de todos me pidió matrimonio, fue algo muy padre, yo no lo asimilaba, casi lloré, y acepté», recuerda la novia.
Para “Kenya” también era un momento muy esperado, ya que desde que a los 17 años de edad decidió dejar a un lado su identidad como Miguel García, y vivir con identidad femenina, como una persona transgénero.
«Al principio es difícil porque no aceptan por los tabúes de la familia y lo que decía la gente, vieron mis amistades, que me depilaba la ceja, que me dejaba el cabello largo, que empezaba a tomar hormonas y me aceptaron. Antes era travesti, así se decía, y ahora transgénero, porque me hormonizaba y hago mi vida como mujer, pero yo no me he hecho cirugía, no quiero cambiar de sexo».
«Desde los 17 años soñaba con casarme vestida de blanco, como todas, desde que empecé a vestirme de mujer, y ahora se llegó el momento».
Pese a que al principio se llegaron a sentir rechazados, este sábado sintieron la aceptación y el cariño de 200 personas que los acompañaron a su boda, entre familiares y amigos.
«Mi familia son mi mamá, mi papá y tres hermanos, yo soy el mayor. Me preguntaron mis hermanos si era gay, y con mi mamá tuve que hablar bien, no sospechaba, pero yo me sentía con la necesidad de contarle, y pues ya le conté y al principio se molestó, y ya después lo aceptó, me aceptó con el cariño que sólo una gran madre sabe hacerlo», expone Miguel.
La boda era por la tarde, y para la novia particularmente tarde, ya que llegó una hora y media después de lo acordado, pero advirtió al novio que tenía complicaciones de logística.
«No hubo misa porque como es boda gay no es aceptada por la sociedad, menos por la iglesia, pero fue una boda bonita, lo hicimos para festejar nuestra unión, como un compromiso con nosotros, queríamos celebrar el amor, nuestro amor», señala ‘la Keyna’.
«El vals fue ‘Por ti me casaré’ de Eros Ramazzotti, fue hermoso bailar juntos, fue hermoso tener el apoyo y cariño de toda la gente que nos quiere. De hecho tuvimos más padrinos heterosexuales, familias con niños, y también gente de la comunidad gay. También nos acompañó el regidor Guillén, que siempre ha apoyado a la comunidad gay».