Meses atrás, escribí una columna con el mismo título y los protagonistas eran los mismos: Armando y Alan, los hermanos Pulido.
En aquel entonces retrataba en estas líneas las mañas de las que se valió la mafia del fútbol mexicano para castigar a los oriundos de Ciudad Victoria y el apoyo de los medios regiomontanos y nacionales para “apestarlos” con una campaña en la que hablaron de todo, menos de la realidad, de lo justo, de la intención de ambos de querer seguir ganándose la vida en lo que más les gusta y mejor saben hacer: jugar al fútbol.
Como todos los sábados, mi deleite es ver el fútbol de nivel que ofrecen las ligas de Ciudad Victoria, en la agenda la prioridad era la liguilla de la Liga Intercolonial, el platillo imperdible: Velázquez de la Enrique Cárdenas dirigido por ‘Pika’ Velázquez que iba ganando 2-0 en el global a La Banda de mis amigos los hermanos Charles Torres.
Enfundado en el característico uniforme rojo de La Banda, Armando Pulido dio un juegazo; la cancha 3 del “Upy” -ahora Unidad Deportiva IPSSET fue el escenario perfecto para que “Pulpín” guiara a la reacción a su equipo haciendo trizas cuantas veces quiso el bloque defensivo del rival, apuntalado con elementos de mucha calidad como Leo Castro, Batata Rocha, entre otros.
Silbatazo final y La Banda ganó 3-0, está en semifinales y va contra Multiformas. Armando feliz, sigue haciendo lo que más le gusta, no en el plano profesional, pero verlo jugar demuestra que no lo hace ni lo hizo por dinero, sino porque esta es su forma de vida.
Horas más tarde, a más de once mil kilómetros de distancia, su hermano menor, su mejor amigo, su tesoro más preciado, tenía quizá la cita más importante de su vida.
Alan fue titular con el Olympiacos, marcó un gol y con eso su equipo fue campeón; sí, por primera vez un victorense campeón del fútbol en Europa. Eso es histórico.
Dos historias distintas, pero enlazadas por un vínculo irrompible, pero un ejemplo claro que nos deja una importante moraleja a todos. Hacer lo que uno ama a pesar de los obstáculos. Felicidades a ambos, que sin querer, nos dan una lección a todos.
Twitter: @luisdariovera