CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Por carecer de luz, agua y custodios de seguridad, los menores infractores recluidos en los Centros de Reintegración Social y Familiar para Adolescentes de Tamaulipas han promovido cuatro revisiones o quejas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (Codhet).
También reportaron fallas en servicios de agua, luz, bardas perimetrales, y una insuficiente presencia de vigilantes para mantener el orden dentro de las instalaciones, de acuerdo con información de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (Codhet).
De acuerdo al coordinador de Asuntos Penitenciarios de la Codhet, Néstor Mendoza Anaya, en el Centro de Reintegración para Adolescents ubicado en Güémez, una de las mayores carencias que sufren sus 37 internos es la falta de agua, la cual tienen que abastecer desde Victoria en pipas.
En Tamaulipas la Secretaría de Seguridad Pública administra cinco centros juveniles de Readaptación en las ciudad de Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Victoria y Tampico, los cuales albergan a jóvenes de 15 a 17 años, la mayor parte internos por delitos del fuero común.
«Parte de las fallas importantes en Güémez es la falta de agua, porque tienen un pozo que no les alcanza a dar toda el agua y por los trabajadores del centro tienen que llevar desde Victoria», comentó Mendoza Anaya.
El Centro de Reintegración Social y Familiar para Adolescentes de Nuevo Laredo es el que cuenta con la mayor cantidad de población, ya que su capacidad es de 60 internos pero mantiene 85 menores, de acuerdo a datos proporcionados por la Codhet.
En el caso de Centro de Reintegración ubicado en Matamoros, las carencias es la falta de pintura y agua en sus instalaciones, además de la escasez de custodios, lo que afecta los derechos de los jóvenes.
«En Matamoros el gobierno invirtió en remodelar las instalaciones del centro, pero ahorita sólo está pintada la mitad de las instalaciones», comentó Néstor Mendoza, quien agregó que debido a que los custodios no pueden cargar armas hace más difícil los trabajos de vigilancia.
La falta de personal médico es otra de las carencias que sufren los menores bajo resguardo de las correccionales de la entidad, ya que en Reynosa, cuando un menor enferma, el personal tiene que acudir a un doctor cercano a quien le pagan con su propio dinero.
«Cuando los menores se enferman es muy difícil brindarles las atención médica profesional, en muchos casos hay que hablarle a doctores que no están asignados al centro de reintegración», agregó Mendoza Anaya.
Datos obtenidos a través de Transparencia, muestran que hasta el mes de octubre del año pasado el Centro de Reintegración de Nuevo Laredo contaba con 94 internos, mientras que Reynosa son 56 los adolescente que purgan una condena y 45 en Güémez.
Los delitos de atentados contra la seguridad de la comunidad y contra servidores públicos son lo que más cometen los jóvenes recluidos en estos centros, aunque muchos están bajo custodia sin contar aún con sentencia, mientras que existe una gran cantidad que aún no cuentan con sentencia.




