Su nombre de soltera es Hillary Diane Rodham Howell. Su biografía dice que ya desde niña era la favorita de su maestra, en la escuela pública de Park Ridge, en la ciudad de Chicago. En su árbol genealógico hay parentela de origen inglesa, escocesa y francesa.
Es decir la típica gringa. A los trece años participó en un escrutinio de votos para las elecciones presidenciales de 1960, y la inquieta adolescente encontró nada menos que pruebas de fraude electoral contra el candidato republicano Richard Nixon.
En sus años mozos, se inclinaba por los elefantes del partido republicano. Su ideología marcadamente conservadora, fue influenciada por su maestro de historia, un ferviente anti comunista y por su propio padre Hugh Hellsworth. Pero al mismo tiempo su pastor metodista le inculcó temas de justicia social, y en 1962 conoció al histórico líder de los derechos civiles Martín Luther King. Esa experiencia, seguramente cambió su visión sociopolítica y la volvió más sensible.
En 1965 se inscribió en la carrera de ciencia política. En esa época fue líder de las juventudes republicanas, pero posteriormente se mudaría hacia las posiciones demócratas. Tras el asesinato de Luther King, la estudiante Hillary Rodham organizó una huelga pacifista a favor de que las escuelas ocuparan a profesores de origen negro.
Tras graduarse con honores en la preparatoria, fue la encargada del discurso de graduación, y posteriormente apareció en la revista Life. Una anécdota nos dice que en ese verano, trabajó en Alaska lavando platos y limpiando salmón en una empacadora. De ahí la despidieron cuando denunció las condiciones insalubres del trabajo. Pero a cambio, la empresa fue clausurada.
De acuerdo a sus biógrafos, jugó un papel importante para evitar que su colegio se viese envuelto en episodios violentos, producto de las manifestaciones antiracistas. Ya desde
ese entonces, se dice, algunos de sus compañeros de clase comentaban que ella sería Presidenta de los Estados Unidos.
Durante su carrera en la universidad de Yale, Hillary se involucró de lleno con los temas de la defensa de la niñez y el apoyo a los migrantes. A finales de 1971 empezó a salir con Bill Clinton, quien también estudiaba en Yale. Tras más de cuatro de darle largas a las peticiones matrimoniales de Clinton, Hillary aceptó casarse con él en octubre de 1975. Ella propuso conservar su nombre de soltera, pues siempre pensó que el adoptar el de su esposo la haría perder cierta independencia y brillo político. Pero en las familias de ambos, se opusieron.
En 1992, durante su campaña a la Presidencia, uno de los discursos de Bill Clinton le decía al electorado que si él era el próximo presidente de los Estados Unidos, los norteamericanos tendrían a dos por el precio de uno, refiriéndose a la gran capacidad política de su esposa Hillary. Durante el gobierno de Bill Clinton, ella jugó un papel muy relevante y por lo menos influyó en once nombramientos de alto nivel y otros doce de mandos intermedios. Se le considera la esposa más poderosa en la historia de la Casa Blanca. La prensa los llamó Copresidentes. Y con el irónico mote de “Billary”.
En su autobiografía del 2003, la inteligente y poderosa Hillary, escribiría acerca del escándalo Lewinski, y de la polémica desatada entre las mujeres estadounidenses, la mayoría de las cuales la apoyaba y otras la criticaban por seguir con su marido, después de que se le había comprobado una infidelidad.
“Nadie me entiende mejor, y nadie me puede hacer reír, de la manera que Bill lo hace. Después de todos estos años, él sigue siendo la persona más interesante, energizante, y plenamente viva que yo he conocido”.
Hillary podría convertirse en la primer mujer en llegar a la Casa Blanca, haciendo historia, tal y como la hizo el actual presidente Barack Obama, descendiente de raza afro.
Un dato importante es que en las nominaciones internas del Partido Demócrata en el 2008, Hillary estuvo a punto de ser la candidata a la presidencia, al ser estrechamente superada por Barack Obama, mismo que al llegar al poder, la invitó a participar como Secretaria de Estado.
Esta es en síntesis la historia de la mujer que después de este súper martes, se puede proyectar como la más firme prospecto a ocupar la oficina más importante de la Casa Blanca. Una de las damas que está a la izquierda de la derecha capitalista en USA. Los pueblos latinos quieren que Hillary gobierne, pues por más castigo que nos pueda dar, no se compararía con el “Hitler» Trump.
A los mexicanos nos conviene. Pues con Donald Trump sería el acabose. Imagínese, con la bancarrota petrolera, el desempleo, y la terrible violencia en ciertas regiones del país a donde iríamos a parar.
POSDATA: Baltazar sigue tejiendo las poderosas redes de su equipo de campaña. La opinión pública espera el nacimiento de ese Dream Team.




