5 diciembre, 2025

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Spring Break; el turismo extinto

Además de la violencia, a los jóvenes universitarios "gringos" los alejaron las trabas judiciales y abusos policíacos que se dieron en su época

MATAMOROS, Tamaulipas.- El alcohol y cerveza a raudales, jóvenes mujeres bailando semidesnudas por collares, cierres de calles y un ambiente nocturno vibrante, de “reventón” que rayaba en carnaval, son imágenes que evocan otra época en Matamoros, cuando los estudiantes de las universidades norteamericanas entraban en la pausa de primavera, un corto periodo vacacional conocido más popularmente en México como el “Spring Break”.

El declive de la presencia de los estudiantes de primavera en la región fronteriza, concretamente en Matamoros, ha sido un proceso gradual y que ha cerrado un ciclo donde el fenómeno desapareció tal como se presentó, así espontáneamente.

Ahora sólo se habla de su existencia en la conciencia colectiva de los matamorenses, pues tiene alrededor de 15 años que estos visitantes son un recuerdo para la ciudadanía y empresarios locales.

La costumbre de venir a la frontera mexicana a realizar lo que en Estados Unidos no se puede hacer, se remonta -para algunos- desde la época de prohibición del consumo de alcohol en los años 30’s del siglo pasado, situación que se volvió a repetir en las décadas de los 70’s, 80’s y parte de los 90’s, haciendo que los “spring breakers” visitaran la zona fronteriza con México de formas masiva.

Nadie se atreve a decir cifras sobre cuántos de ellos recorrían las calles de la extinta “Zona Rosa”, donde se encontraban antros como el Rocco y Zona Cero; o por las calles del Centro Histórico sobre todo el Mercado Juárez, pero lo que sí está muy claro es que, entre los ciudadanos locales, la presencia de los estudiantes norteamericanos generaba sentimientos encontrados.

PARTE DE LA HISTORIA
El historiador y cronista de la ciudad, Andrés Cuéllar Cuéllar señaló que al darse este fenómeno, los “spring breakers” se concentraban en algunos puntos como La Florida, la Isla del Padre, entre otros, y fue en estos dos puntos principalmente, donde se concentraban una gran cantidad de estudiantes.

“De la Isla del Padre no faltó quien los estimularan a venir a Matamoros, sobre todo cuando las leyes puritanas de texanas prohibieron la venta de cerveza, cuestión que sucedió entre los 70’s y los 80’s donde se aplicó rigurosamente la ley seca”, comentó Cuéllar Cuéllar.

También señaló el historiador que a pesar de la fama que tenía Matamoros de que “había una cantina en cada esquina” y que “había más cantinas que escuelas”, nunca hubo una reacción en la opinión pública en contra del turismo que generaba el Spring Break.

“Sin embargo, la gente bonita de la colonia Jardín vivieron protestando en contra de ellos, porque venían a consumir cerveza, pero honestamente nunca supe que sucediera nada serio fuera de lo que hace un borracho cualquiera, orinarse en la calle, alguna riña de cantina, pero para Matamoros era como una explosión de juventud”, expresó el estudioso.

Agregó que a la oposición local empezaron a sumar las acciones del gobierno norteamericano para evitar su llegada a Matamoros. “Por ejemplo el hecho del castigo con cárcel a todo aquel joven que llegara de México y que se le sorprendiera borracho, acción que se agregó como parte de los primeros obstáculos, que reducía la cantidad de “spring breakers” que venían a divertirse en Matamoros”.

Indicó que el fenómeno“spring break” no fue aprovechado por los gobernantes mexicanos de entonces para conservar o aprovechar de otra manera el flujo estudiantil en esta frontera. “Es triste que nunca se les ocurrió ofrecerles nada que no fuera cerveza… Algún espectáculo folklórico, bailables de escuelas, convivencias con estudiantes locales, nada se les ocurrió, por lo que llegó el momento la presencia de los jóvenes desapareció de aquí, pero irónicamente y por alguna razón, también desaparecieron de la Isla del Padre”.

ADIÓS A LA VIDA NOCTURNA
Otro fenómeno que se observa junto con la desaparición de los “spring breakers” en Matamoros, es la extinción absoluta de la vida nocturna de la ciudad, aunque el estudioso señala que la pérdida de ambas actividades fueron por razones distintas.

“La desaparición de la vida nocturna tuvo que ver precisamente con el aumento de la violencia en la ciudad, pero en el caso de los estudiantes norteamericanos, su ausencia es debida más bien a la acción policíaca, pues en los antros donde se concentraban, de repente llegaban redadas federales y de manera inmediata los remitan a los parroquianos a la ciudad de México acusados de drogadicción, vendedores de droga y demás delitos, donde mucha gente que solo se divertía tuvo que atravesar la azarosa experiencia”, puntualizó Cuéllar Cuéllar.

Aseguró que el argumento de que los hechos violentos en Matamoros de entonces, no fueron los causantes de que se perdiera el turismo “spring break”, sino más bien, los actos propagandísticos que realizó la diplomacia norteamericana en torno a ellos.

MERCADO JUÁREZ SIN ACTIVIDAD
De acuerdo a los datos proporcionados por el Historiador Andrés Cuéllar además de los distintos problemas que influyeron en la desaparición de los “spring breakers” fue las incorrectas políticas que se implementaron para controlar su flujo.

Recordó que en alguno de los gobiernos municipales de la época, se le ocurrió prohibir que los camiones de turistas se detuvieran en lugares como el Mercado Juárez.

“Desgraciadamente los locatarios del mercado nunca fueron capaces de unirse y exigir que esta medida se revirtiera, a pesar de que los perjudicaba grandemente, por lo que a partir de ahí comenzó a bajar el flujo de turistas y ahora tenemos un Mercado Juárez prácticamente paralizado”, afirmó Cuéllar Cuéllar.

Se sabe que de los 32 locales con los que cuenta, a duras penas se mantiene aproximadamente el 50% funcionando, y que para el mercado era época de jauja con la llegada de los jóvenes norteamericanos a la ciudad, pues eran importantes consumidores de artesanía mexicana.

LOS “NARCOSATÁNICOS” Y EL 11/09
En general las opiniones obtenidas con diferentes personas que fueron testigos de la debacle del “spring break” coinciden que punto de inflexión para este turismo fueron hechos de violencia que se presentaron en las localidad y la destrucción de las Torres Gemelas del World Trade Center, en Nueva York, Estados Unidos, durante los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.

La mala reputación que adquirió la ciudad luego de lo sucedido el 15 de marzo de 1989, cuando estudiante norteamericano Mark J. Kilroy fue secuestrado y posteriormente sacrificado en el rancho “Santa Elena”.

Los relatos de la época cuenta que el grupo, encabezado por Adolfo de Jesús Constanzo y Sara Aldrete, practicaran sacrificios humanos desde inicios de los ochentas, entre ellos el de Kilroy, a quien se le amputaron ambas piernas, le extirparon el cerebro y le extrajeron la columna vertebral para fabricar amuletos que se repartieron entre los integrantes de la organización criminal.

Por varias semanas estos criminales evadieron la justicia hasta que fueron localizados en la Ciudad de México, donde Constanzo se quitó la vida el 6 de mayo de ese año.
Para entonces en Matamoros ya habían sido localizados los restos del estudiante norteamericano, y a partir de ahí nació la leyenda negra de la avenida “Álvaro Obregón”, que fue donde el joven se divertía cuando fue abordado por sus homicidas.

Luego en septiembre 11 del 2001 se da el ataque terrorista en contra de las Torres Gemelas, lo que endureció las revisiones y la vigilancia en el paso de los puentes internacionales con México, ya que mucho se argumentó por las autoridades estadounidenses, que los responsables de los actos pudieron haber penetrado a su territorio por la frontera con México o Canadá.

Pero la gota que derramó el vaso fue lo sucedido el 14 de marzo del 2003, pues en medio de tres intensas balaceras, efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) detuvieron en Matamoros a Osiel Cárdenas Guillén.

El escenario de los tiroteos fue en el fraccionamiento Satélite de Matamoros, donde los militares desplegaron el operativo de captura, que incluyó el sobrevuelo de un helicóptero por más de tres horas.

La fecha coincidía con el Spring Break de ese año, por lo que este suceso fue el pretexto para que autoridades norteamericanas iniciaran una ofensiva propagandística en contra de la ciudad, sembrado miedo entre los paseantes y por ende, una baja considerable de su presencia en la región.

DESCONFIANZA E INSEGURIDAD
Miguel Ángel Caballero Barajas, presidente de los comerciantes establecidos del Centro Histórico, señala que a pesar del desbordamiento del orden entre los estudiantes norteamericanos con acciones que iba en contra de las “buenas costumbres”, reconoció que era imposible negar la importancia que tenían los jóvenes turistas para cierto sector comercial que permitía mover la economía local.

“Hay que recordar las largas filas que se hacia este turismo en los cruces internacionales, con grandes cantidades de cerveza, pero todo esto se desfasó por algunos acontecimientos muy dolorosos que se presentaron en nuestra ciudad”, consideró.

Indicó que aunado a este problema, también se conjugaban cuestiones de índole económico, provocando que incluso los “winter texans” quedarán como otro turismo prácticamente perdido para Matamoros.

Dijo que lo primero de lo que se deben de preocupar las autoridades los tres órdenes de gobierno es la seguridad “imponer una atmósfera de tranquilidad y de orden y que todos los prestadores de servicios, los comerciantes, los empresarios y el público en general, tengan una actitud de simpatía y afecto a las personas nacionales o extranjeras que vengan a visitarnos, dando una buena imagen de la ciudad”, expuso.

Aunque para el empresario no todo esta perdido en este sentido, ya que aseguró que durante las pasadas Fiestas Mexicanas hubo un movimiento “interesantísimo”, que podría significar el poder rescatar el nivel de turismo otorgándoles las garantías necesarias para que este pueda deambular por las calles de la ciudad.

FALTA ESTRATEGIA
Por otro lado, el de los de los restauranteros, Carlos Valenzuela Valadez, en su calidad de empresario del sector, señaló que la desaparición de los “spring breakers” fue paulatina y que fueron varios los factores que terminaron totalmente este tipo de turismo en Matamoros.

Indicó que no toda la culpa de la ausencia de los jóvenes estudiantes no es sólo responsabilidad del gobierno mexicano sino también del norteamericano, que desde años atrás a venido planteando más restricciones para el paso del turismo.

Dijo que uno de los principales objetivos que se tienen que plantear a corto plazo es el rescate de la Álvaro Obregón pues la mayoría de los locales que se encuentran ahí, están en venta o en renta y se han conservado totalmente vacías, pues definitivamente no hay quien “le entre al toro”, en las condiciones adversas en las que se encuentra la avenida Álvaro Obregón “pues no hay negocio que funcione en estos momentos”.

“Lo que debemos de hacer es un trabajo conjunto con los gobiernos locales, estatal y federal que permita nuevamente la atracción del turismos y buscar formulas de colaboración para a traerlo, aunque dejó claro que hasta ahora no ha visto una estrategia clara por parte de las autoridades para hacer este objetivo realidad.

El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac) en Matamoros, Pablo Reyna Quiroga, indicó que para este sector es prácticamente inexistente la presencia de los estudiantes norteamericanos, que los Winter Texans serían los que más abundarían, aunque señaló, son pocos por lo que este turismo podría decir que está en proceso de su desaparición en Matamoros”.

“Para nosotros el Spring Break murió desde hace un buen rato en el ámbito turístico y ya no es una pieza clave para la promoción de Matamoros como punto de arribo”, afirmó el empresario.

Expresó que con ellos se estaría enfrentando en mucho a la cuestión de seguridad, sobre todo por la forma del manejo que le dan las autoridades norteamericanas a los avisos y las alertas, factor que impide que haya confianza en la gente para venir.

RENOVAR ORIENTACIÓN TURÍSTICA
Para el secretario de Desarrollo Económico del Municipio, Alejandro Fernández Sandoval, con la desaparición del turismo Spring Break, se puede retomar el asunto pero con una nueva visión del mismo, donde se pudiera recuperar algo más de carácter familiar.

“Este turismo que se dio durante años, solo beneficiaba a ciertos giros y ahuyentaba a otros de acercarse a ciertas zonas de la ciudad”, expresó.

Dijo que la extinción de este turismo viene a reordenar lo que se entiende como turismo, “pues queremos que la gente venga a divertirse, sin caer en excesos, porque al final lo que queremos es que haya un ambiente familiar, ya que todos quieren y tienen el derecho a divertirse en un ambiente sano”, afirmó Fernández Sándoval.

Añadió que “el spring break era que vinieran los jóvenes a consumir alcohol sin control, hora que no lo tenemos como tal, hay que hacer esfuerzos para tener negocios como en todas partes de la república, donde se ofrezcan ese tipo de servicios o productos, pero que lo hagan con mesura, con orden y que pueda haber familias, donde los niños también tengan su espacio, que no se les haga a un lado, porque para disfrutar de la bebida debe haber un momento y un lugar para ello y es por eso que la Alvaro Obregón debe renovarse para alcanzar este objetivo”.

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