Es evidente que al cuasi candidato del PAN a la gubernatura Francisco Javier García Cabeza de Vaca se le acomodan las cosas en el tema de la unidad de su partido, donde los tricolores esperaban para estas fechas una carnicería y por ahora no hay tal, gracias a la negociación que el senador y el CEN parecen haber hecho con quienes también pujaban por la nominación; zanjado ese tema, hay evidencias de que los del blanquiazul tejen una serie de alianzas no oficiales que podrían sacar un susto a los de enfrente.
Así es mis queridos boes, ya en este espacio he comentado el plan para una eventual alianza de facto entre el Movimiento Ciudadano de Gustavo Cárdenas Gutiérrez y el PAN, mediante la que el de color naranja apoyará a Cabeza de Vaca a cambio de que el azul hiciera lo propio para que el ex alcalde de Victoria vuelva a hacerse con la presidencia municipal.
Es, insisto como antes un plan que no pocos en los equipos de ambos partidos comentan, saben, mastican.
Pero a ese plan de apoyo naranja para el PAN, estaría fraguándose un apalanque más para Cabeza de Vaca y este vendría de el único precandidato independiente que se ha apuntado para la contienda del 5 de junio.
Si, el plan incluye la declinación ya entrada la campaña de Francisco Chavira a favor de Cabeza de Vaca.
No va a faltar quien desde ahora cuestione qué podría aportar el abanderado sin partido a la intentona azul de ganar la gubernatura, y viéndola a simple vista parecería que el aporte sería muy poco, si se viera solo en intenciones de voto.
Pero lo que en realidad aportaría una declinación de Chavira en favor del abanderado del PAN se debe leer desde una perspectiva del golpe mediático que provocaría.
Para entonces, si el plan prospera, podría estarse hablando de un frente de frentes contra el abanderado del PRI Baltazar Hinojosa.
Habría que ver incluso si Chavira no se bajara de todo de la contienda, hasta podría hacer campaña abierta en medios promocionando a Cabeza.
Insisto es un plan que algunos cuentan en el PAN y que hasta en Monterrey se sabe entre los integrantes del Movimiento Ciudadano.
Se implemente o no, lo que es bien evidente es que Cabeza de Vaca no desprecia un solo apoyo, solo en ese contexto se explica la incursión de personajes como Emiliano Fernández, quien hasta hace unos días cobraba en la nómina del gobierno estatal.
Emiliano es uno de esos tipos a los que hay que tenerle desconfianza solo con echarle un vistazo a su currículum, porque se le recuerda como dirigente de Convergencia en el estado, antes de que cambiara a Movimiento Ciudadano.
No se le conoce otra fama, a no ser por la de ser ‘palero’ del gobierno en turno, de vende campañas y otras linduras. Tras dejar Convergencia apareció en las campañas del PRI para diputados federales asesorando a algunos candidatos al tiempo en que incursionaba en el área de comunicación estatal.
Para este fin de semana la noticia sobre el ‘tipito’ era que se incorporaba a la campaña de Cabeza de Vaca, que porque está seguro de que en Tamaulipas llegó la hora de la alternancia.
No juzgaría a quienes dentro de la campaña del panista la llegada de Emiliano genere una y mil suspicacias, porque su fama de oportunista no se la ha ganado gratis.
Ayer cuando comentaba el tema con un colega, coincidía en que Emiliano no haría huesos viejos en el PAN, por varias razones: su extrema egolatría chocará con las estrellas azules, dos: no está acostumbrado a trabajar a menos que le asignen como tareas la degustación de finos vinos tintos y cortes especiales, siempre bajo el buen clima. Es un sibarita pues acostumbrado a gastar lo que no es de él, pero de trabajo nadie le conoce nada.
Pero además entre no pocos azules existe la suspicacia de que Emiliano aguante vara en la campaña y hasta trabaje, para pasar desapercibido en su misión de servir como ‘Caballo de Troya’.
No atino a apostar sobre las anteriores teorías, lo que sí sé es que la llegada del ex de Convergencia y siempre servidor del PRI le mete ruido al equipo de Cabeza de Vaca.
Lalo Gattas…
¿le hacen el feo?
El sábado fue la asamblea de delegados del PRI en la que se oficializó la precandidatura de Óscar Almaraz Smer para la alcaldía de Victoria. El evento sin ‘peros’: mucha gente, mucho ambiente, invitados de peso.
Ahí estaban por ejemplo las señoras: Beba de la Garza (Viuda de Rodolfo Torre) y Adriana González (ex primera dama; de cuando Geño Hernández fue gobernador) y todos los demás que tendrían que estar.
Andaba por supuesto el resto de la fórmula tricolor; es decir Carlos Morris y Lalo Gattas, los dos candidatos a las diputaciones locales.
Ahí fue evidente que mientras a Óscar y a Morris les jaloneaban para repartir abrazos y besos, a Gattas no le fue tan bien con los priístas que abarrotaron el Centro Cívico, es más hasta hubo lideresas que le negaron el saludo, el abrazo.
Lalo Gattas llegó a la nominación como una concesión a Enrique Cárdenas quien quería ser gobernador. Lalo tendrá que trabajar el doble si es que quiere ganar y no ser un lastre para los otros aspirantes del PRI con quienes evidentemente no tiene muy buena química.
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