CIUDAD MANTE, Tamaulipas.- Un hombre se vio en la necesidad de dejar a sus tres hijos solos en su casa en lo que iba a comprar algo para comer, momento en el cual se suscitó un incendio por algo que aparentemente quedó prendido en la estufa, logrando los menores salir sanos y salvos.
Eran ya las dos de la tarde cuando en el área de radiocomunicaciones de la estación de Bomberos se recibió la llamada de un usuario, reportando que al interior del predio marcado con en el número 901, de la calle Ricardo López Méndez, casi esquina con avenida Rotaria, se estaba quemando una casa, además de que se encontraban tres niños solos en la misma.
De inmediato, los elementos de la corporación se trasladaron al sitio a bordo de las unidades 016, 021 y C1, para atender la emergencia.
Al llegar, los vulcanos procedieron a sofocar las llamas al interior de uno de los cuartos de la vivienda, de la cual ya habían logrado salir, ilesos, los menores identificados como Ángel, Eduardo y Víctor, de cuatro, nueve y 11 años de edad, respectivamente.
Los primeros datos sobre lo que ocurrió, revelan que el padre de los pequeños, Eduardo Rojas, se vio en la necesidad de dejarlos solos por unos momentos para ir a comprar algo de comer.
“Los niños estaban solos en la casa, viven con su papa quien se encarga de criarlos, nomás que él salió a traer algo para comer”, comento el tío del padre de los infantes.
Aparentemente, alguna olla o cacerola se quedó sobre una de parrilla encendida de la estufa, cuyo contenido comenzó a quemarse, lo que generó una llamarada que alcanzó algunos muebles y objetos que de inmediato comenzaron a incendiarse, extendiéndose rápidamente la conflagración al resto de los enseres domésticos.
Vecinos de la casa al percatarse del humo y de las llamas, solicitaron el apoyo de los bomberos, además de arrojar agua a la construcción con cubetas y mangueras para tratar de controlar el siniestro.
A los pocos minutos de que comenzó todo, al lugar llegó un tío del padre de los niños, quien de inmediato comenzó a buscarlos, percatándose que estos ya habían salido de la casa, momentos antes de que el fuego se propagara.
Tras controlar la situación, los vulcanos procedieron a revisar la construcción para así garantizar que no hubiese más riesgo para sus habitantes.
Todo quedó solo en un tremendo susto para los niños y su padre, quien al arribar a su casa y ser informado de lo que había ocurrido, abrazó sus pequeños, mientras miraba atónito la casa y como ésta había quedado.