CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Hay quienes vigilan de día y de noche y en muchas ocasiones no reciben crédito, ellos son los veladores, un grupo de trabajadores que se resisten a desaparecer pese a los peligros o el bajo sueldo que depende de quienes vela.
Eduardo Beas, Secretario General del cuerpo Activo de Veladores A.C., aclara que lejos de extinguirse el personaje del velador es alguien que se necesita hoy en día mas que nunca.
“No está en peligro de extinción, es muy difícil porque la gente siempre va a necesitar vigilancia y es muy difícil que se deshagan los grupos”, de esta forma afirmó que el grupo cuenta con 32 elementos quienes se distribuyen en diversos fraccionamientos y colonias de la ciudad.
Con dos turnos, el diurno de ocho horas y de noche que es de cinco, los vigilantes arriesgan su vida para cuidar las viviendas de ladrones. “Se enfrenta un velador a cualquier tipo de peligro, porque nunca se sabe si la persona que quiera robar puede andar armado”.
Las herramientas que están permitidas que cargue un velador son el tolete, esposas y gas pimienta, a pié o en bici según las posibilidades del mismo trabajador.
“Hay compañeros que tienen moto, hacen rondines en ellas pero lo regular es que lo hagan en bici, si ellos tienen la posibilidad de comprarse una moto, solo depende de ellos”.
Respecto a las colonias más peligrosas manifiesta que son aquellas que se localizan a las orillas como El Mirador.
Las autoridades municipales o estatales el secretario les han proporcionado un gafete, el cual les sirve para identificarse con la Policía y los vecinos, y en el caso de necesitar ayuda con algún ladrón acuden con las patrullas, según el problema.
El sueldo se maneja voluntaria por parte de los vecinos, esto depende también del número de habitantes, si en un fraccionamiento en donde hay poca gente, entonces si se establece una cuota.
La recaudación de un velador se realiza por semana y depende del sector, que tan grande sea o cuantos vecinos habiten en éste, lo que puso en desventaja a los trabajadores durante vacaciones ya que hubo colonias en los que sus inquilinos salieron de vacaciones olvidándose del velador.
Manifestó que la alza o disminución del personal depende sobre todo de los sectores o colonias, ya que se complica porque algunos se localizan fuera de la ciudad y otros contratan empresas privadas.
Si alguien quiere que un velador acuda a su colonia puede acudir a las oficinas del Cuerpo Activo de Veladores o hacer llegar un escrito solicitando vigilancia por parte de cualquier agrupación de velador, puede ser durante la mañana, día o noche.
Existen fraccionamientos que solicitan velador día y noche, como por ejemplo Fuego Nuevo, en Nuevo Santander, Sierra Ventana y Loma de Calamaco, dependiendo de las necesidades del fraccionamiento o colonia.