Las eleccciones norteamericanas traen de cabeza a todo el mundo. Es natural se juegan los interéses políticos y económicos siendo los Estados Unidos el líder del capitalismo. A nosotros, los mexicanos, nos pega por todos lados por ser la economía dependiente del Gran Capital y el segundo cliente que más le compra detrás de Canadá.
Donald Trump, el feroz candidato republicano que según se mira obtendrá la candidatura del Partido Republicano, es una réplica real y confusa de los dictadores fascistas de mediados del Siglo XX, y cuyos arrebatos ideológicos acentúan la política del Destino Manifiesto que es el apoderamiento del mundo, del mundo mexicano, como la historia lo ha demostrado.
Recalcitrante, restaurador del orden y el desafío a las minorías que forman a los Estados Unidos, con la negación del mas elemental respeto a la vida de quienes han trabajado para esa nación.
Los analistas predicen un duro golpe a las sociedades en torno al poder norteamericano y vislumbran un gran conflicto mundial si Donald Trump, suena las trompetas de la intolerancia.
Sus avances a su postulación, son increíbles, reflejan el sentimiento racista que se ha creado a raíz haber asumido la presidencia norteamericana un hombre de color. Recrudeciendo un sentimiento de un nacionalismo fascistoide, aparentemente contradictorio en un país integrado por emigrantes.
Donald Trump representa la negación de los laureles de gloria que el gran país del norte ha interpretado desde la Segunda Guerra Mundial. Donald Trump, es el angel de la discordia, que pondrá a temblar a todos los mexicanos.