¿Qué es un cuarto de guerra?, me pregunté antes de iniciar mi colaboración de éste lunes. Afuera, el viento soplaba agradable y un poco helado, justo en el inicio de la Primavera.
La respuesta es que un War Room puede ser, una discreta oficina, habitada por consultores expertos en ganar batallas políticas, y en cuyo seno existen capacidades pragmáticas, tanto para ofrecer lo mejor del candidato, como para contrarrestar los ataques negativos de los adversarios, y responder en situaciones de crisis.
Pero, un cuarto de guerra, también puede ser, el rincón más modesto de un hogar ciudadano, donde una madre, un padre, un hijo o un hermano, pueden orar en silencio y pedirle a Dios, para que las cosas vayan mejor en su familia. Si estas dos nociones, logran conectarse en una sola, entonces seguramente, será esa opción la que escojan los tamaulipecos.
A partir de hoy, mientras los ciudadanos, echan a la cajuela, lo más necesario para instalarse en las playas y paseos campestres, la clase política esta vez no se irá a la Isla del Padre, sino que se meterá a sus bunkers, con miras a conservar o asaltar el poder.
El silencio con el cual se han manejado los equipos de campaña, habla por si solo de que, los cocineros priístas y panistas están trabajando a todo lo que da. Seguramente que, ya se encuentran en Tamaulipas, los expertos llamados a conducir, desde los claustros de la inteligencia mediática, sus respectivas ideas.
La mercadología del conocimiento electoral y de sus herramientas inteligentes, para ganar batallas por el poder, forman parte de la nueva artillería democrática del siglo XXI. En el internet, se publicitan las más diversas empresas, con frases gancho, como las siguientes:
“Ante el equilibro de las fuerzas, nosotros inclinamos la balanza”. “Diseñamos la brújula, que guiará todas las acciones de comunicación”. “Los términos del debate, posicionamiento ideal”. “Imagen de confianza”. “Discurso emotivo, argumentativo”. “Habilidades no verbales, para impactar ante todo tipo de público”. En suma, todo el arsenal, propio de un cosmos dominado por el mercado del consumo visual y auditivo.
Como una ligera muestra de la oferta teórico-práctica, destinada a la demanda de las campañas electorales, destacan ofertas siguientes: ¿Cómo destacar tu mensaje, entre miles de mensajes? ¿Cómo viajar del caos a la estrategia?, ¿Cómo ganan los ganadores?, Debates políticos en Televisión, Comunicación Política en Redes Sociales, ¿Necesitas un Consultor Político Profesional? El Voto, la Percepción política y la memoria política. Las emociones del votante y muchas más.
En el equipo de Baltazar Hinojosa Ochoa, personajes como Óscar Luebbert, Felipe Garza, Jesús Collado, Bladimir Martínez Ruiz y Luis Enrique Rodríguez Sánchez, podrían estar afinando todo lo concerniente a la operación política y a la estrategia. Se trata de dos conceptos que, suelen tener muy mala fama y hasta se les confunde con la simple grilla, pero no es así.
El trabajo político encuadrado en las categorías antes mencionadas, implica la conducción y construcción de las certezas del triunfo, equivale a garantizar las posibilidades de la victoria, a partir de movimientos inteligentes, frente al equipo enemigo. Una campaña, como la que está por iniciarse este tres de abril, no es solamente operación política y encuestas.
Los integrantes del llamado War Room, tienen como principal meta, posicionar al candidato con la gente y con los medios de comunicación.
El tema del cuarto de guerra, culturalmente hablando, y específicamente relacionado con el mundo del cine, ha trasladado el concepto de la lucha por el poder hacia un ámbito personalizado, y vinculado con la fortaleza espiritual.
Apenas el año pasado, en Estados Unidos se estrenó un film cuyo título es precisamente, “Cuarto de Guerra”. El film dirigido por Stephen Kendrick subraya la importancia que tiene el poder de la oración en la vida cotidiana, especialmente entre la sociedad norteamericana, permeada por una cultura profundamente cristiana.
Pero no se trata de una oración pública, sino de un espacio discreto, en la intimidad del hogar: el llamado cuarto de guerra, donde cada ama de casa o padre de familia, hijo o hermano podemos pedir a Dios. Aquí en Tamaulipas, al margen de partidos y candidatos, mucha gente oramos y pedimos a Dios.
Por eso le decía, en el inicio de esta columna, que la noción de cuarto de guerra, tiene dos significados, que, si logran conectarse, puede generar una cadena de resultados positivos.
POSDATA: Son dos estrategias totalmente opuestas: por un lado Baltazar Hinojosa, predica un cambio responsable y maduro, alejado del ataque y el enfrentamiento; en el otro lado, un Cabeza de Vaca, y su lenguaje incendiario, agresivo y provocador.




