Como sucede de cuando en cuando en la disputa de los puestos de gobierno, especialmente en aquellos procesos electorales reñidos o competidos, el desfile conmemorativo del Día del Trabajo de Tampico sirvió de escenario al desbordamiento de las pasiones políticas entre simpatizantes del PRI y del PAN.
Trabajadores del Gremio Unido de Alijadores y del sindicato de Terrestres, simpatizantes del Revolucionario Institucional, y el sindicato de ferrocarrileros, partidarios de Acción Nacional, se liaron a golpes frente al pórtico del palacio municipal, aparentemente porque los primeros no permitieron a los segundos participar en la marcha cetemista porque gritarían consignas contra el gobierno y vivas a favor de los candidatos Cabeza de Vaca y Germán Pacheco.
Cuando estuvieron unos frente a otros, los panistas enarbolaron banderolas y provocaron a los priistas con expresiones de apoyo a los candidatos a gobernador y presidente municipal que encendieron los ánimos.
De las palabras pasaron a los empujones y de esos a los golpes enfrascándose en una riña de muy baja intensidad que duró no más de cinco minutos.
Afortunadamente, las cosas no pasaron a mayores y la escaramuza quedó en una anécdota que ha puesto de relieve el calor de las pasiones políticas generadas por la lucha por la gubernatura, las alcaldías y las diputaciones del Congreso del Estado que estarán en juego el 5 de junio.
Salvo este penoso incidente, la camina- ta conmemorativa del 130 aniversario del movimiento obrero mundial se desarrolló sin problemas.
Alrededor de unos 12 mil trabajadores de 65 organizaciones obreras que saludaron a las autoridades municipales, encabezadas por el alcalde Gustavo Torres Salinas y el dirigente estatal de la CTM, Edmundo García Román, a su paso por la sede del gobierno de la ciudad, exigieron a través de mantas y pancartas mejores salarios, entre otras demandas básicas que necesitan para mejorar las condiciones de bienestar de las familias sindicalistas.
En la conmemoración obrera de Ciudad Madero en la que participaron alrededor de 15 mil trabajadores, también se registró un pequeño incidente. Los integrantes del sindicato liberal realizaron un plantón ante el palacio para pedir al ayuntamiento que se les homologuen las percepciones económicas con los del sindicato titular del contrato colectivo de trabajo, el SUTSHA.
El candidato de la coalición del PRI, Humberto Oliva Barreda, aprovechó la ocasión para reiterar, como representante de la clase sindicalista, el respaldo a las exigencias laborales y declaró que la clase trabajadora es la fortaleza del municipio al que aspira a gobernar el próximo trienio.
Los operadores del PAN, por otra parte, han empezado a difundir una propaganda muy sencilla y didáctica para orientar a los votantes y evitar que estos se vayan a confundir a la hora de emitir el sufragio, que tiene la leyenda “La cosa es fácil, si votas por el PAN, gana el PAN, si votas por el PRI, gana el PRI, si votas por el PRD y el PT gana el PRI, si votas por el Verde, el Panal y Movimiento Ciudadano, gana el PRI, si no votas, gana el PRI, si anulas tu voto, gana el PRI”, que puede generar muchos boletas en contra del ex invencible y sus aliados.
Pero en tanto esto sucede en Tampico, el candidato de la alianza tricolor a gobernador, Baltazar Hinojosa Ochoa, sostuvo ayer un exitoso encuentro con liberales del Puerto de Matamoros, una agrupación a la que, por razones que se desconocen, los jerarcas del priismo habían marginado o tomado poco en cuenta, a pesar de que está conformada por ciudadanos de bien y dispone de una estructura que puede aportar mucho a la causa del ex invencible.
Desde que el desaparecido candidato presidencial, Luis Donaldo Colosio Murrieta, sumó a los juaristas y miembros de las logias masónicas del país a su proyecto político en la contienda electoral de 1994, los masones, que alguna vez fueron factor determinante en la elección de los candidatos a puestos de elección popular del PRI han sido olvidados.
No obstante, la mayoría de ellos siguen siendo leales a la bandera política del ex partido oficial, quizá esperan a que llegue alguien a reivindicarlos y les dé otra vez la oportunidad de servir a la comunidad, como lo hicieron en el pasado.
