6 diciembre, 2025

6 diciembre, 2025

Laberintos del poder

«Tablas» electorales

Laberintos del poder

La lucha por las presidencias municipales se está convirtiendo en desafíos de pares.

Pares, no en el sentido de parejas, sino en el significado de igualdad entre los aspirantes a alcaldes.

Uno de esos casos es el de Victoria.

Tras la derrota en 1992 del candidato priísta, el médico Carlos Castro, ante el entonces neopanista Gustavo Cárdenas y la inmediata recuperación de esa comuna tres años después a manos de Pascual Ruiz, nada parecía enturbiar el cielo tricolor en la capital tamaulipeca. Uno tras otro, los triunfos del PRI se desgranaron y la tranquilidad del Revolucionario Institucional resurgió.

¿Sucede hoy lo mismo?
Un mes atrás la mayoría lo hubiera afirmado. El candidato Óscar Almaraz emergió en calidad de imbatible y casi todos lo dieron por sucesor predeterminado en ese trono municipal.
La realidad, 30 días después, es otra.

El candidato independiente, el médico Xicoténcatl González, una figura social y profesionalmente respetada, casi sin ruido ha ganado adeptos en una medida impresionante con una campaña sin fastuosidades, pero muy cercana a los victorenses.

En forma paralela, Mónica Dávila, de Movimiento Ciudadano, ha logrado con su sencillez, mover las fibras de miles de mujeres que quieren probar una mano femenina en el mando capitalino. El paso de ambos aspirantes no ha sido meteórico, pero ciertamente sí es sostenido. Prácticamente los tres están, como dice la voz popular, «tablas». En calidad de pares, pues.

Frente a ellos, el presunto ganador por destino manifiesto, el priísta Óscar Almaraz, empieza no sólo a perder simpatizantes sino hasta el respeto de sus colaboradores, que no tienen empacho
en calificarlo de intolerante y soberbio.

No sé a ciencia cierta si eso es verdad. Pero si lo es, estaríamos, toda proporción guardada, frente a un nuevo Manuel Cavazos, con la única diferencia de unos kilogramos de más, porque ni siquiera en la sonrisa le gana Óscar a Manuel…

DECISIONES
¿Es acertada la decisión del Partido Revolucionario Institucional de no hacer campaña en los municipios de Hidalgo, Mainero y Villagrán?
Me parece que sí.

La historia cercana de los procesos electorales en Tamaulipas cimentan sin duda esa determinación, en donde un derecho -el de votar- no puede dominar a un valor tan fundamental como es la integridad física de los candidatos o peor aún, su vida.

En lo personal, me quedan dos balances:

Primero, aplaudo públicamente todo acuerdo que conlleve la protección y seguridad de los candidatos, cualquiera que sea el partido o siglas que los cobije.

Segundo, lamento muchísimo que un querido jirón de nuestra patria chica sufra problemas de esta naturaleza y que lo que debe ser una fiesta, tenga el perfil de una pesadilla…

LA PARADOJA
Resulta curioso.

Me refiero a uno de los «spots» proselitistas de Francisco Javier García, candidato del PAN a gobernador del Estado.

En el mensaje, el aspirante azul pide el voto de los tamaulipecos en un escenario que para él resulta paradójico: Promete un mayor aprovechamiento de los recursos naturales con energía limpia y para apuntalar su oferta ¡se apoya en obras de gobiernos priístas!

Tras él, aparecen imágenes de los campos eólicos levantados desde el gobierno de Eugenio Hernández hasta el de Egidio Torre, en los cuales se ha impulsado a esta industria ambientalista.
¿Pues no que todo lo que han hecho los priístas está mal?

La pregunta surge porque con lo que exhibe el candidato panista, lo que hace es validar el trabajo de los tricolores. Y desde luego, el de Baltazar Hinojosa…

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