A Peña Nieto le restan más de dos años en el poder, pero luce débil
Suman hasta hoy 21 aspirantes a relevarlo; y están ‘encampañados’
AN ha tenido 10 candidatos propios a la Presidencia de la República
La feroz disputa por las dirigencias nacional, estatales y municipales
A dos años de elegirse sucesor(a) de Enrique Peña Nieto, han surgido por lo menos 22 aspirantes al relevo, sin que esto ruborice al señor de Los Pinos. Quizá porque ya está cansado de que todo le salga mal. O, tal vez, por él mismo animar el rejuego adelantado, como recurso para distraer la atención político-social en aras de sordamente concretar su proyecto reformista.
Lo cierto es que nunca como ahora el tiempo se le hubo acortado tanto a un jefe del Ejecutivo federal, exhibiendo así su debilidad y falta de tablas para poner orden en un país que ya acaricia la anarquía.
No sólo por la inseguridad pública, los brotes de inconformidad en las entidades sureñas o la rebelión magisterial, derivadas de una crisis económica aguda –aunque en el caso de los maestros, igual se da por razones políticas–, sino también por un desencanto social ante la falta de empleos, servicios médicos, la represión y un sistema educativo ya caduco.
En fin, son múltiples las razones del por qué Peña Nieto no puede con el paquete.
Pero lo hecho consumado está.
Y no hay forma de retroceder, por lo que el futurismo encuentra el fundamento de su aparición en los desaciertos del Presidente.
Así que retomemos el tema de los aspirantes a sucederlo.
Hay nueve ‘aún’ priistas; cuatro albicelestes, tres perredistas, uno es ecologista, otro se cobija en el MC y, por parte de Morena, también surge uno, en la lista donde aparecen tres independientes.
Del tricolor son en estricto orden alfabético por su nombre de pila:
1) Aurelio Nuño Mayer (secretario de Educación Pública);
2) Claudia Ruiz Massieu Salinas (secretaria de Relaciones Exteriores);
3) Eruviel Ávila Villegas (gobernador del Estado de México);
4) José Antonio Meade Kuribreña (secretario de Desarrollo Social);
5) José Eduardo Calzada Rovirosa (titular de la Sagarpa);
6) Luis Videgaray Caso (secretario de Hacienda y Crédito Público);
7) Manlio Fabio Beltrones Rivera (ex dirigente nacional del PRI);
8) María del Rosario Robles Berlanga (titular de la Sedatu); y
9) Miguel Ángel Osorio Chong (secretario de Gobernación).
En tanto que por Acción Nacional (PAN) aparecen:
1) Gustavo Enrique Madero Muñoz (diputado federal);
2) Margarita Esther Zavala Gómez del Campo (esposa de Felipe Calderón Hinojosa);
3) Rafael Moreno Valle Rosas (gobernador de Puebla); y
4) Ricardo Anaya Cortés (dirigente nacional del partido).
Con relación al membrete del Sol Azteca (PRD), desde ahora la disputa es entre:
1) Miguel Ángel Mancera Espinosa (gobernador en funciones de la Ciudad de México);
2) Silvano Auroles Conejo (mandatario de Michoacán); y
3) Graco Luis Ramírez Garrido Abreu (gobernador de Morelos).
El Movimiento Regeneración Nacional (Morena), sólo permite que se promueva el mentado ‘Peje’ (Andrés Manuel López Obrador).
Por el Verde Ecologista de México (Pvem) surge el mandatario de Chiapas (Manuel Velasco Coello); y Respecto al Movimiento Ciudadano (MC), alza su mano Marcelo Luis Ebrard Casaubón, quien fuera mandatario en la capital de la República.
Los independientes que van tras la candidatura presidencial, son:
1) Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, ‘El Bronco’, (gobernador de Nuevo León);
2) Jorge Castañeda Gutman (ex titular de SRE); y
3) Juan Ramón de la Fuente Ramírez (ex secretario de Salud).
Hasta hoy son esos 22 los que se manejan en el pandero político.
Pero claro, unos con más posibilidades que otros de alcanzar la postulación.
De ahí la rebatinga que a través de las redes sociales libran entre sí, con el ánimo de persuadir a los cibernautas para así acrecentar su clientela.
Parámetros
En este rejuego adelantado del relevo sexenal, según ha difundido la empresa Mitofsky –en base su medición más reciente respecto a este tema–, en 11 de los 16 escenarios planteados al levantar la encuesta, López Obrador surge muy por encima de sus posibles contendientes.
Obvio es que aún en un plano figurativo.
Pero el sondeo ha causado irritación entre al menos los priistas y priistas que apuestan a instalarse en la residencia oficial de Los Pinos, a partir del uno de diciembre del 2018 –que es cuando inicia la nueva administración presidencial–, por los escenarios que dan favorito a ‘El Peje’.
Como fuere, de aquí al proceso electoral federal, hay un espacio, de casi dos años, para que la sociedad defina su voto.
Mientras tanto, hacia el interior de los partidos la lucha se prevé más encarnizada que nunca por parte de los grupos de interés por alcanzar la candidatura sexenal.
Al menos así se ve en el PAN.
Muestra de ello es la acusación que Margarita Zavala hizo en contra del dirigente albiazul, Ricardo Anaya Cortés (alias ‘El Cerillo’), por utilizar la plataforma partidista con fines personales y disponer de recursos para difundir sus propias encuestas, al través del teléfono celular y con cargo al partido.
Los priistas han soslayado abordar públicamente el tema, pero entre los grupos coyunturales se afirma que la lucha por el poder es en serio entre cuando menos Osorio Chong y Videgaray Caso, tras el descalabro que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) causó, en su cruenta arremetida más reciente al secretario de Educación; por el fracaso electoral de Manlio Fabio como guía ideológico; el chapulineo de ‘La Chayo’; el mal manejo de los apoyos sociales, por parte del titular del ramo, la afinidad que el Presidente tiene con el mandatario mexiquense; y las diarias protestas que no atiende el titular de la Sagarpa por estar en otra frecuencia.
Hay también una clara disputa en el membrete del Sol Azteca que es dominio de ‘Los chuchos’, entre el ex gobernador de la Ciudad de México con dos mandatarios (en funciones) por la candidatura, lo que lleva a conjeturar que, resulte quien resultare candidato presidencial, en el ámbito nacional carecería de adeptos que lo respaldasen en su proyecto si acaso no lograra convencer al clan dominante del Partido de la Revolución Democrática.
Candidatos panistas
Hasta el 2012, el Partido Acción Nacional (PAN) alcanzó la cifra de 10 candidatos presidenciales, cuando Josefina Vázquez Mota derrotó a la dupla formada por
Ernesto Cordero Arroyo y Santiago Creel Miranda, en un proceso interno celebrado en 2011.
Antes lo hicieron nueve varones.
1) Efraín González Luna, en 1951, al derrotar a Roberto Cossío y Antonio L. Rodríguez.
2) En 1957, Luis Héctor Álvarez dejó en el camino a José González Torres.
3) En 1963, José González Torres resultó electo candidato a la Presidencia de la República al imponerse a Adolfo Christlieb Ibarrola.
4) Efraín González Morfín fue electo en noviembre de 1969, al ganarle a Salvador Rosas Magallón
5) En 1981, Pablo Emilio Madero se impuso a Héctor Terán Terán y Luis Castañeda Guzmán.
6) En 1987 Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, ‘El Maquío’, hizo morder polvo a Jesús González Schmall y Salvador Rosas Magallón.
7) Hacia 1993, Diego Fernández de Cevallos Ramos superó a los entonces precandidatos considerados más fuertes que él: Javier Livas Cantú, Adalberto Rosas López y Eduardo López García.
8) En 1999 Vicente Fox Quesada fue electo por unanimidad.
9) Felipe Calderón Hinojosa, en 2005, se impuso sobre Santiago Creel Miranda y Alberto Cárdenas Jiménez.
Con miras al 2018, son cuatro lo que ya pelean la candidatura.
Así que la contienda se antoja de pronóstico reservado.
Ordenanza desatendida
La desconfianza y pérdida de credibilidad hacia los partidos políticos que habrán de participar en el proceso electoral 2018 –aún lejano y/o por lo que se ve, también muy próximo–, encuentra sustento en la marcada incongruencia y poca seriedad con que se conducen.
Esto lo evidencian los mecanismos antidemocráticos a utilizarse para renovar sus estructuras dirigentes (nacionales, estatales y municipales), y sobre todo en la notoria dilación para abordar el tema, pese a tener bien definidos los estatutos y reglamentos que rigen su quehacer interno y actuación pública.
Generalmente son los grupos de interés quienes malinterpretan la reglamentación partidista de todos los membretes, en un claro afán de adecuarla a los caprichos de las camarillas o facciones que se apropian de estos coyunturalmente.
A este preocupante fenómeno por cierto no escapa ningún partido tradicional ni los de reciente creación.
Es más, cuando de pelear se trata para defender parcelas, los jefes de los clanes pierden la compostura y no asoman el menor pudor al exhibir sus mezquindades que degradan y enturbian la vida democrática de las organizaciones, como se ha visto durante (al menos) las últimas tres décadas.
Así, los pleitos de lavadero sesgan los buenos propósitos y exhiben falta de ética, de principios y sobre todo de madurez política, por lo que los partidos han dejado de ser espacios ideológicos para convertirse en pancracios donde afloran pasiones e intereses individuales y sectarios.
Hay más:
La lucha resulta encarnizada hacia adentro de los partidos, cierto, pero al exterior no es menos halagadora.
Impugnaciones
Una vez que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (más conocido como Trife) resuelva, conforme a derecho, todas las impugnaciones de los partidos participantes y/o de sus candidatos en cuanto al proceso electoral ya calificado, volverá la calma chicha para entrar de lleno al tema de la transición.
Por tanto, el rejuego postelectoral no ha terminado.
Y pa’ darle vuelta a la hoja es necesario que esa instancia concluya sus trabajos.
De ahí mi consideración de que antes de terminar julio sea disipada cualquier duda, al menos jurídicamente, sobre los triunfos e irregularidades.
Igual amerita una reflexión generalizada el comportamiento que tras el escrutinio han adoptado los jerarcas partidistas y candidatos.
Por una parte suman la mayoría los que reconocieron el veredicto del Instituto Electoral de Tamaulipas (Ietam), aun cuando el resultado les fue desfavorable, y, por otra –como ya es su costumbre–, los menos recurren a la impugnación, pues para ellos la democracia sólo es privilegiada cuando ganan.
Y que conste, aquí resultan involucrados los nueve partidos políticos con registro oficial y una caterva de sus candidatos.
Lo peor del caso es que los inconformes han desplegado una estrategia de confrontación no sólo con sus adversarios ocasionales, sino con la autoridad misma.
Esta tónica, por desgracia, ha encontrado eco en las llamadas redes sociales exhibiendo una imagen que no corresponde a la realidad– hasta el grado de poner en entredicho la civilidad y participación ciudadana–, y ante los ojos del país mancha a nuestro estado.
De ahí que a pocos analistas y líderes de opinión les sorprenda este operativo montado por quienes fracasaron en su intento de instalarse en el poder por el poder mismo.
Las desigualdades
Nuestro país exhibe asimetrías en su desarrollo económico, político, social y cultural.
A lo largo y ancho del territorio nacional coexisten la abundancia y la marginación; la riqueza y la pobreza. En las regiones se observan auge y rezago, e incluso en las 32 entidades ocurre este fenómeno.
Los estados del norte, desde Baja California hasta Tamaulipas, han sido superiores en prosperidad comparados con entidades del sur, como Chiapas, Oaxaca o Guerrero, pues acá la gente ha dejado constancia de su carácter emprendedor y ganas de sobresalir.
Para lograr esta actitud, contribuyen una serie de factores de índole estructural, pero también tiene que ver con el aspecto educativo –nunca el cultural, pues el sur de la Patria exhibe manifestaciones que han sido ejemplo internacional–, y, por supuesto, de actitud ante el progreso.
Es evidente que a las entidades fronterizas del norte les beneficia su vecindad con la Unión Americana –que por cierto mantiene la principal economía del orbe–, pues ello propicia que haya inversión de capital extranjero en diversas ramas de la producción –principalmente en la industria–, lo que permite la generación de innumerables fuentes de trabajo y, en consecuencia, que la gente tenga un modo honorable de ganarse la vida.
Así, los centros de comercio y prestación de servicios crecen en un ambiente de certidumbre; y el mercado interno se expande en beneficio de las familias que de esta forma encuentran alternativas de vida, que es el mejor parámetro para medir la salud colectiva de un conglomerado humano.
Resulta obvio que la relación con el exterior no es la vara mágica para que una economía crezca y se desarrolle.
La base primordial en el que debe descansar la fortaleza de una entidad o nación, son los factores de producción local.
Sin embargo los poseedores del capital doméstico sólo disponen de sus recursos una vez que analizan las ventajas competitivas y se convencen de que existen condiciones favorables a sus intereses.
Antes de ello no arriesgan en lo mínimo.
De ahí que la actividad gubernamental sea clave al facilitar las condiciones para que la clase empresarial desarrolle su actividad en escenarios favorables, tanto de disposición de mano de obra calificada como de insumos, leyes y procesos que simplifiquen el asentamiento de fuentes de generación de empleo y riqueza.
Entonces la clave del desarrollo es contar con un buen gobierno que tenga visión de largo alcance y sea capaz de armonizar los factores de la producción en torno a un objetivo común, que en el centro coloque al ser humano.
En este sentido, la política es el instrumento por excelencia que es menester privilegiar a fin de sumar fortalezas y encauzarlas en beneficio de la colectividad.
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