No están muy equivocados los documentales de Animal Planet: cuando los más débiles de la manada se rezagan, son devorados por sus depredadores. Pero lo más triste viene después, cuando llegan los últimos invitados al festín y se disputan los restos. Las lecciones de la naturaleza son terribles y no admiten protocolos de piedad.
La política atesora también imágenes similares, por lo menos aquí en Tamaulipas, el antaño poderoso PRI, hoy se encuentra convertido en un fiambre, cuyas vísceras son objeto de agria disputa. Del cinco de junio a la fecha han pasado ya varias semanas. El Tigre azul ya ha saciado su hambre. Pero aún le quedan partes buenas a la víctima. Ha llegado la hora de los carroñeros.
¿Cómo podríamos traducir lo anterior, en términos políticos? Pues bien, después de su derrota, el PRI tamaulipeco se encamina hacia una reestructuración completa y a fondo. El problema es que los grupos locales han quedado tan debilitados que ninguno de ellos por sí solo, podría imponer al próximo Presidente del priísmo estatal.
Hasta lo que vemos no hay suficientes condiciones de unidad para que esto suceda. Y ante esta lucha de todos contra todos, los que van a imponer de nueva cuenta son los políticos del centro, es decir, las cabezas de los grupos nacionales que hasta ahora se siguen disputando la sucesión del 2018.
Los restos del PRI tamaulipeco, (Comité Estatal del PRI y delegaciones federales), han entrado ya a la cancha de la primera división política en el país. Esto quiere decir que, las nuevas posiciones del PRI en la entidad, están concesionadas a los poderosos padrinazgos de Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray y su aliado natural, el Secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade. Todos ellos constituyen el círculo más influyente del priísmo nacional, cuya figura central es el Presidente.
El problema radica en que el jefe Peña Nieto no ha dado señales contundentes en torno a quién vaya a ser el abanderado de la sucesión. Ello provoca, desde luego, nerviosismo y
desencadenara probablemente el golpeteo entre los integrantes del máximo círculo del poder.
El grupo de Luis Videgaray parece llevar la delantera en su acercamiento y capitalización de su estrecha relación con el Presidente. Pero, el team de Gobernación parece haber enfriado por el momento la papa caliente del movimiento magisterial, o al menos está tocando bien la flauta, encantando a la letal Cobra de la CNTE. El equipo de Osorio, como activo incuestionable de la política interior, también tiene lo suyo. El mismo Manlio Fabio Beltrones, de quien se dice, muy pronto será incorporado al gabinete, reclama también su parte en Tamaulipas.
Las hienas del poder político federal, van por lo que sigue en el escenario tamaulipeco: PRI estatal, delegaciones federales y senadurías. ¿Será todo para un solo ganador? ¿Quién será el factor central de decisión, en éste epílogo sexenal, marcado por la transición panista?
La carroña del PRI tamaulipeco, aún tiene partes buenas, de cara al 2018.
DEJA ENRIQUE DE LA GARZA MONTOTO EL ISSSTE
Después de varios años al frente de la Delegación federal del ISSSTE, Enrique de la Garza Montoto acaba de dejar este importante cargo, estratégico, en la oferta de salud pública para los tamaulipecos.
Nos consta que Quique hizo un decoroso papel, y que siempre dio la cara en los diversos retos que se le presentaron. Administrar el ISSSTE, con todo y las carencias del sector salud en el país, no es cualquier cosa.
El interinato de la institución queda a cargo del Subdelegado administrativo Patricio Cortez, que cuenta con suficiente capacidad y conoce el manejo interno. Esperemos que, la experiencia de funcionarios como el doctor Tofic Salum Fares, sea debidamente aprovechada, para lo que viene.
CUNDE EL EJEMPLO DE LOS GOLONDRINOS EN EL PRI
La llegada de Enrique Ochoa Reza al CEN del PRI, ha sido interpretada como un claro mensaje para que en el resto de los comités directivos estatales, arriben personajes sin carrera política y sin militancia.
Las versiones en este sentido, se sustentan en la imposición presidencial de un selecto miembro de la tecnocracia mexicana, considerado como un completo desconocido y un “golondrino”, carente de convicciones y de formación partidista.
Según trascendió ayer, aquí en nuestro estado, ya se buscan personajes con este mismo perfil.
De darse lo anterior, el priísmo tamaulipeco y sus principales cuadros, serían cruelmente desplazados, y doblegados en su orgullo, en aras de acatar el arribo de una nueva dirigencia, anodina y sin las medallas al mérito, que muchas figuras del priísmo estatal, hoy en día ostentan.




