El autor es Premio Nacional de Periodismo 2016.
México es el único lugar donde el jefe del Ejecutivo federal no pisa el Congreso. En cualquier otro país, por más revuelto que se encuentre siempre nos enteramos de que el titular del poder se confronta con la representación popular. Sin embargo por acá no sucede, justo desde que la institución presidencial perdió respeto convirtiéndose en el punto cero de la democracia. Sea que en este sentido no existe la más remota intención de imitar las prácticas de las naciones globalizadas donde no hay escrúpulos para exhibir las malas artes de los gobernantes y sus consecuencias. Y no hace falta investigarlo, basta repasar los medios internacionales de comunicación para darnos cuenta de que por aquellos andurriales la política se practica en serio.
Usted dirá que no sucede sólo en el primer mundo porque también pasa en el segundo, tercero o cuarto. Tiene razón porque en cualquier parte del planeta Tierra los gobernantes están en la obligación de rendir cuentas de frente y viva voz, cada vez que se les requiera. Si no es así, ¡de qué carajos sirve la democracia!.
El asunto es que en México el presidente sólo acude al Congreso cuando
rinde protesta y punto. ¿Cuál es el motivo?. El escribidor considera que es el temor de ser ridiculizado por algún legislador que no faltará.
Quizá el último que sufrió esta pena pública lo fue Miguel de la Madrid durante su sexto informe cuando desde una de las butacas del fondo se puso de pie el senador del Frente Democrático Nacional Porfirio Muñoz Ledo protestando por presunto fraude electoral cometido en contra de Cuauhtémoc Cárdenas a quien ciertamente, muchos mexicanos consideramos ganador frente a Carlos Salinas de Gortari, el candidato tricolor.
Recordéis aquello del sistema que se le cayó al entonces secretario de Gobernación Manuel Bartlett Díaz.
Algunos que conocían la relación De la Madrid-Muñoz Ledo aseguran que este desplante del inteligente Porfirio tuvo que ver más con rencores ocultos desde que ambos se disputaban los liderazgos estudiantiles.
Podría ser, a lo mejor, quizá, tal vez, igual y sí…uno nunca sabe.
Pues bien, a propo, en esta ocasión tampoco Peña Nieto asistirá “personalmente y en persona” al Congreso a entregar su cuarto informe.
Claro que ya se volvió costumbre, sin embargo existen modalidades que llaman la atención.
Por ejemplo el hecho de que no habrá ningún mensaje a la nación ni nada que se le parezca. Por el contrario, se ha programado una reunión a puerta cerrada donde EPN dialogará con un grupo de jóvenes que no se sabe quiénes son, ni quién los seleccionó, mucho menos existe información sobre los temas a tratar. Y como no habrá acceso a los medios de comunicación tampoco conoceremos en tiempo real el desarrollo de dicha reunión. En este sentido es probable que se esté violentando el derecho a la información o de la famosa “transparencia”, que no es lo mismo pero es igual porque los mexicas no sabremos el objetivo de tan hondo misterio.
Dícese que solamente habrá transmisión por internet. Esperemos que los marginados de las grandes urbes, los campesinos de las regiones perdidas o
las naciones de indígenas que habitan la profunda montaña azul puedan interconectar su equipo de cómputo en tiempo y forma para no perderse detalle. Es tan grotesco todo esto que ya no sabemos si reír o llorar. “Y luego no quieren que uno se emborrache” como dijo aquel.
AVANCE MAGISTERIAL
Ni cómo negar que el magisterio democrático logra conquistas a pesar de la represión. Y ha sido gracias a la fuerza de la razón que el supremo gobierno da un paso atrás en sus intenciones de condicionar la sobrevivencia de los educadores mexicas.
Ya dio marcha atrás, digo, no puede interpretarse de otra forma el hecho de convertir en voluntaria y sin consecuencias laborales la evaluación, concebida quizá en el laboratorio donde se engendran los más siniestros personajes de que nos da cuenta el maese Sir Arthur Conan Doyle, quien a través de Sherlock Holmes salva de todo mal al mundo amenazado por la perversidad.
Por su parte Aurelio Nuño empieza a sentir lo frío del acero en cada evento donde aparece, incluso en los considerados “oficiales”, sea entre “cuates” donde tampoco le regatean silbidos, abucheos y algo más que tiene que ver con su parentela. Pero bueno, es lo que el secretario de Educación está sembrando.
SUCEDE QUE
Entre líneas Peña Nieto desmiente los rumores de posibles cambios en su gabinete que involucran principalmente a los secretarios de Hacienda y de Gobernación de quienes hasta se mencionan sustitutos en las personitas del actual titular deSedesol José Antonio Meade y Eduardo Calzada Rovirosa, de Agricultura.
Por su parte el escribidor considera que lo último que haría el presidente sería despedir tanto a Luis Videgaray como a Osorio Chong que como sabéis han sido los pilares de su régimen. Desde luego que motivos sobran para darles las gracias pero en política la amistad sigue siendo razón de estado. Y ni modo que sea invento.
Y hasta la próxima.
