Un movimiento curioso se protagoniza en la frontera para defender a Reynosa. Y para sorpresa general, no son los habitantes de esa población quienes lo están promoviendo.
Permítame hacer un poco de historia sobre lo que expongo en estas líneas.
Desde un par de meses atrás aproximadamente, se ha desatado en Estados Unidos una embestida generalizada contra la ciudad tamaulipeca, con misiles mediáticos programados desde la Cámara Americana de Comercio.
Desde ese reducto, se ha denunciado metódicamente que Reynosa vive uno de sus peores momentos, que la inseguridad tiene a la economía local contra la pared y que las inversiones extranjeras están abandonando esa localidad. Prácticamente ubican a la misma como una sucursal de un conflictivo país de medio oriente.
La polémica sobre esos avisos negativos ha sido permanente y también los reclamos sobre la falta de veracidad de los mismos, pero lo que ahora sucede resulta inédito: el comercio de McAllen, la vecina norteamericana de Reynosa, inició a través de la Cámara de Comercio de esa ciudad una “guerra” individual contra su hermana mayor, la Cámara ya mencionada.
En una postura extraoficial que empieza poco a poco a filtrarse, los comerciantes texanos han cuestionado con dureza a la Cámara Americana sobre cuáles son sus fuentes de información y su desapego de la realidad. La razón es que entre las dos poblaciones se da una saludable simbiosis económica cuyo deterioro afecta por igual a los dos lados de esa frontera.
La preocupación que cunde entre los empresarios de McAllen ha subido de tono hasta alcanzar tintes radicales. Ayer, un colega de un diario de Nuevo León confió a esta columna que los comerciantes de McAllen inclusive han llegado a advertir al periódico El Norte de Monterrey, principal caja de resonancia de los mensajes de la American Chamber, que de no moderar su información negativa sobre Reynosa podrían reducir o hasta retirar su publicidad de ese medio. De ese tamaño es el grado de daños económicos que en forma paralela sufre la comunidad texana citada.
El dato que otorga mayor importancia a este movimiento es que no está auspiciado por autoridad alguna del vecino país, sino por los propios capitales estadounidenses, que ven amenazadas sus ventas y por lo tanto sus utilidades, ante la imagen que ellos juzgan exagerada sobre la inseguridad en Reynosa.
Este “tete a tete” entre los mismos comerciantes gringos aún dará mucho de qué hablar en los próximos días. Por lo pronto, McAllen espera la respuesta de la Cámara Americana.
Insólito pero también penoso, que sean nuestros primos del norte y no nosotros, los que defiendan con tanta fiereza a la economía de esa parte de la frontera tamaulipeca…
Un viejo refrán
Una señal sobre el perfil de quiénes integrarán el gabinete del virtual gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, ya se hizo evidente en el sector salud.
A principios de semana, quien encabezó las reuniones en Victoria sobre el manejo, acciones y programas del ramo con las todavía autoridades de la Secretaría estatal fue el médico Horacio García Rojas, especialista en ortodoncia y con sede en Reynosa. Una Subsecretaría parece ser su destino.
El factor que llama la atención es que, de acuerdo a residentes de esa frontera, el facultativo nunca ha incursionado en la administración pública, por lo que no hay parámetros para medir su trabajo en ese rubro.
Si esa será la constante para definir a los inminentes servidores públicos de Tamaulipas, la primera lectura es que la nueva administración estatal descansará en buena medida en profesionales ajenos a la actividad gubernamental, tal vez para alejar a ésta de sospechas y otorgarle mayor credibilidad social.
De ser así, un viejo consejo popular parece recomendable: Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre…
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