5 diciembre, 2025

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Don Simón vio crecer La Mainero

La colonia fue cuna de generaciones de victorenses que llevan tatuado el amor por su ciudad como el profesor Córdova

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Los ojos de don Simón Córdova Salazar han visto crecer a la colonia Mainero, que este año cumple los 115 años de fundación.

Don Simón fue huérfano de madre, por ello fue adoptado por sus tías, todas profesoras de la escuela primaria Redención del Proletariado.

Acepta, ahora al paso de los años que él era uno de «los curros», aquellos jovenes que hacían su vida en la Victoria que crecía al norte del río San Marcos.

No estudió en las escuelas de la zona porque las tías deseaban otorgarle lo mejor de la educación en aquella época así que le inscribieron para cursar primero y segundo grado en la primaria Fermín Legorreta, ubicada en el 20 Mártires de Democracia, el resto de la primaria se planeaba que estudiara en la escuela Lauro Aguirre, que fungía entonces como el colegio privado de los pequeños varones de las familias privilegiadas de aquellos años.

Sin embargo, el niño sufría acoso escolar y no pasó ahí más que unos días…

«El resto de los niños era de familias ricas, yo era el pobre y querían raparme, así que no era dejado y me defendí. Las maestras hablaron con mis tías, pero no fue por mi culpa. Pero no me dejaba de esos niños que lograban tener estudio porque tenían dinero», explica casi ochenta años después de terminar la primaria en la escuela anexa a la Normal.

Y prosigue… «La Mainero inició como toda colonia, con pobladores de oficios varios, carpinteros, talabarteros, zapateros, pero no había profesionistas. Ahora en cada cuadra encontrará cinco o seis profesores. Yo fuí profesor de la escuela Redención del Proletariado por 49 años. En nuestra colonia no había muchos árboles grandes, la colonia principiaba, sólo había chaparros y arbustos».

Don Simón, recorrió de niño las calles de la colonia Mainero, incluso recuerda los juegos que compartía con otros pequeños y la escuela Guadalupe Mainero…

«Esa escuela estuvo en el 8 González e Hinojosa, enfrente de la casa de la Profesora Badillo. En la escuela Redención trabajaba la Profesora Guadalupe Córdova que era mi tía, Dolores Córdova se hacía cargo del segundo año y también era mi tía, en tercero trabajaba la maestra Elvira, pero no recuerdo su apellido. Luego demolieron esa escuela y construyeron la Redención del Proletariado y cuando destruyeron ese edificio, todos le lloramos».

Río Verdito, se ubicaba desde la calle 9 hasta el poniente del río hasta la Cruz, ahí vivía la familia Castilleja… cada invierno las señoritas Córdova, tías de don Simón, llevaban al pequeño para que las mujeres de esa familia le tejieran chalecos y sueters.

Don Simón fue huérfano desde los 3 meses de edad, así que fue el consentido de las tías.

Narra don Simón que muchos de los pobladores de la colonia Mainero se ubicaron en la zona luego de un ciclón. Ya vivían ahí otras familias y el resto habitaba en la calle Zaragoza, una zona que resultaba siniestrada con cada avenida del río en época de lluvias.

Esos niños crecieron y cerca de la década de los cuarenta comenzó el conflicto con «los curros», por temor a que los jóvenes del centro atraparan el corazón de las jovencitas de La Mainero.

Quizá ellas eran muy guapas, al grado que muchos jóvenes cambiaron su residencia a esta colonia luego de contraer nupcias con una señorita de esta colonia.

Con el paso de los años, y haciendo un recuento del pasado, la única tristeza de don Simón es que las generaciones de hoy ya no sientan orgullo por ser de la colonia Mainero.

Ahora no quieren celebrar, pocos quieren compartir y nada saben de la historia…

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