29 diciembre, 2025

29 diciembre, 2025

Laberintos del poder

Las peras del olmo

Laberintos del poder

Al margen del drama que pueda significar, no debe extrañar el hecho de que 413 cadáveres han terminado en la fosa común en Tamaulipas, de las miles y miles de pérdidas humanas sufridas por la violencia que desde hace tiempo aqueja al Estado.

¿Por qué opino de esa manera?
La verdad es que la tecnología forense de la que disponen las autoridades tamaulipecas en gran parte es obsoleta. Los laboratorios de la Procuraduría de Justicia estatal, que no han sido actualizados desde por lo menos hace diez años, están muy alejados de lo que usted ve en series televisivas como la vieja “Quincy” o la más reciente “Bones”, donde parecen ser capaces de reconocer el dedo meñique de Napoleón.

Si me permite, le comparto un dato para que no juzgue con demasiada dureza a esa área pericial porque en Tamaulipas se haya enviado a la fosa común a tantas personas.
Los fallecidos en los atentados a las Torres Gemelas son 2950, según el New York Times y aunque el ayuntamiento neoyorkino afirma que rebasaron las 4 mil, me quedo con las del diario, para no tratar de no caer en el sensacionalismo.

De esas casi 3 mil víctimas, alrededor de mil 100 nunca, a lo largo de los quince años que han transcurrido de esa atrocidad, han podido ser identificadas.
Con toda la tecnología de punta y con los adelantos científicos de primer mundo de que dispone el gobierno norteamericano, sus expertos han sido incapaces de reconocer a ese millar de seres humanos que siguen en una moderna fosa común, sólo que refrigerada y resguardada.

Y la pregunta surge natural:
¿Cómo pedirle a la Procuraduría tamaulipeca, con un inepto como Ismael Quintanilla al frente y un equipo humano y tecnológico de las cavernas, que identifique a las 413 personas de las que no se conoce nombre, apellidos o familia?

La sabiduría popular establece que no se le pueden pedir peras al olmo.

De igual manera, no se le puede pedir inteligencia –usted elija a quien le cae el saco– a un par de orejas monumentales…

Nada nuevo
Andrés Manuel López Obrador debe buscar nuevos asesores. O por lo menos actualizar el repertorio de sus discursos y temas que maneja para promover su imagen y la de su partido.

Ayer estuvo en Altamira, en Madero y en Tampico para, decía la publicidad, impartir sendas conferencias en esos municipios.

Le diré algo, sin ánimo de demeritar al tabasqueño: Si usted ya fue hace 10 años, hace cinco años o hace tres meses, a un mitin del otra vez aspirante a la Presidencia de la República; si usted asistió antes a una plática del mismo; si ya le escuchó en ocasiones anteriores una arenga televisiva o radiofónica, o leyó uno de sus escritos, no se perdió de nada si no respondió a la invitación en tierras sureñas.

La “mafia del poder”, el “se los dije”, los “ladrones y rateros”, el “PRIAN”, la “corrupción galopante”, el “robo del petróleo”, fueron otra vez entre otros asuntos manoseados, los temas de Andrés Manuel. Nada nuevo, lo mismo y lo mismo.

Estoy convencido de que López Obrador debe seguir en el escenario político mexicano, pero me gustaría por lo menos una vez percibir en él una visión de estadista sobre como recuperar nuestra economía y nuestra tranquilidad y no sólo una sarta de insultos y vituperios…

Twitter: @LABERINTOS_HOY

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