Impensable hace tres años que el Alcalde de Reynosa José Elías Leal rindiera un informe austero, lejos de los reflectores y despojándose de sus poses de ‘rey griego’ como lo hizo este fin de semana.
Así es mis queridos boes, Pepe Elías se está despidiendo por la puerta trasera y de puntitas para que nadie le vea, para que nadie le reclame, para ver si escapa al escrutinio judicial y al popular que desde hoy le persiguen.
Su tercer informe fue ante no más de 30 personas, incluido el Cabildo, solo ellos, si el estilo fastuoso que le rodeó la mayor parte de su mandato, sin el acarreo de aplaudidores, sin el patrocinio de ‘textoservidores’ que replicaban el boletín triunfalista con el que maquillaba su pobre gestión.
Atrás, muy atrás quedaron aquellos días en que Pepe Elías soñaba con la gubernatura de Tamaulipas, los suyos y los pagados por él y los suyos le hicieron creer por mucho tiempo la mentira que él mismo invento al multiplicar mil veces el ‘análisis’ que lo ponía como fuerte aspirante a la gubernatura.
Eran los primeros meses de su administración y su séquito le ayudaba a evitar que sus pies tocaran el suelo y lo mantuvieron flotando más de dos años, hasta que desde el ex DF y de Victoria les despertaron del sueño: no estaba en la carrera por la gubernatura.
Y no estaba porque a los estrategas de comunicación de Pepe Elías se les pasó decirle que el aplauso masivo al boletín maquillado y cargado de loas no surte el menor efecto cuando se genera imagen y opinión pública.
No estaba, porque a su pobre actuación como alcalde se le sumaban los escándalos de sus funcionarios ligados a la gente mala.
No estaba porque desde el primer año de gobierno comenzaron las denuncias del cobro de moches a los proveedores municipales que fluctuaban entre el 12 y el 40 por ciento.
No estaba porque desde el 2015 ya se sabía de empresas fantasmas a las que la administración de Pepe Elías les facturó jugosas cantidades de dinero por servicios que nadie vio.
No estaba porque cuando Reynosa estuvo bajo fuego el alcalde trato de engañar a la opinión pública estatal y nacional con videos en los que se intentaba ocultar la gravedad de los hechos provocados por las balaceras.
No estaba porque para Pepe Elías los balazos que retumbaran casi a diario y los muertos que caían en las refriegas no eran reales, sino intentos de los medios no afines de dañar la imagen de su gobierno y la de Reynosa.
Qué no estaría en la lista de los aspirantes con posibilidades la gran mayoría de los tamaulipecos lo sabíamos, pero Pepe Elías tardó más de dos años en entenderlo, años en que el gasto en publicidad y ‘análisis’ a modo fue de cientos de millones de pesos, dinero echado a la basura.
Pero este sábado Reynosa supo la verdadera estatura política de su aún alcalde. Estaba ahí ante el Cabildo, encerrado leyendo un informe en el que se pintaba un municipio de primer mundo, texto que ni por asomo el propio alcalde creía.
El nuevo y austero Pepe Elías es uno de los candidatos al sacrificio durante el gobierno de la alternancia que arranca el uno de octubre.
No porque se trate de ir por la revancha, sino porque propios y extraños sabe que al rascarle a la gestión de Pepe Elías sería reventar el absceso de pus que se fue ensanchando en los últimos tres años.
Habrá que ver si Maki Ortiz aprieta para que reviente y salga la podredumbre o si son los próximos diputados y la Auditoría, no la de Miguel Salman que solo ha servido de tapadera, sino una de verdad, le llama a cuentas.
Por lo pronto en un intento de mostrarse austero, de buscar el bajo perfil, el sábado Pepe Elías rindió un pobre tercer informe casi clandestino, sordo, en la soledad de su desgracia política…
Magda, la fiesta atrasada…
Hoy habrá fiesta, dicen que en grande, de la alcaldesa electa de Tampico Magdalena Peraza Guerra.
Se trata del pachangón que la impugnación de Germán Pacheco le hizo posponer luego del triunfo del 5 de junio.
Invitados: sus amigos, sus operadores, la clase política aunque no todos son sus cuates, aunque no a todos va a convocar al gobierno que encabezará a partir de octubre, pero que la regla no escrita indica que debe agradecer.
Y es que ahí estarán en la comida con la alcaldesa hasta los que jugaron al voto cruzado contra ella y que al final fueron vencidos por la maestra que les adivinó la jugada.
Estarán muchos de los que por allá de finales de octubre ya estarán con el grito en el cielo llorando porque se van a quedar fuera de la tan codiciada nómina municipal
porteña.
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