Sobre los sucesos sangrientos de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968, la lideresa y protagonista del movimiento estudiantil, Judith Reyes, escribió el corrido cuya letra es la siguiente:
“2 de octubre”
El 2 de octubre llegamos todos
pacíficamente, a un mitin de Tlatelolco,
quince mil en contingencia.
Año del sesenta y ocho ¡qué pena me
da acordarme!.
La plaza estaba repleta como
a las seis de la tarde. Grupos de obreros llegaron,
y el magisterio consiente; los
estudiantes lograron un hermoso contingente.
De pronto rayan en el cielo cuatro luces
de bengala, y aparecen muchos
hombres guante blanco y mala cara.
Zumban las balas mortales,
rápido el pánico crece…
busco refugio en la tropa y
en todas partes aparece.
Alzo los ojos al cielo y un
helicóptero miro, luego sobre Tlatelolco
llueve el fuego muy tupido.
¡Qué fuerzas tan desiguales!
Hartos tanque y fusiles, armados
los militares y desarmados los civiles.
Doce años tiene un chiquillo
que muerto cae a mi lado, y
el vientre de la preñada
¡cómo la han beyoneteado!.
Hieren a Oriana Fallaci,
voz de la prensa extranjera,
ya conoció la cultura del
gobierno de esa tierra.
Ya vio que vamos unidos contra
las paredes de su caras, las manos
sobre la nuca y el derecho entre las balas.
Jóvenes manos en alto con la
V de victoria, con la V de Vallejo,
nos dicen los de la Preparatoria.
Piras de muerto y heridos sólo
por protestar, el pueblo llora
su angustia y el gobierno tiene fiesta.
¡Qué cruenta fue la matanza
hasta de bellas criaturas!
¡Cómo escurre la sangre plaza de las
tres culturas!
Y porque en esto murieron mujeres
y hombres del pueblo,
y el Presidente le aumenta al Ejército
los sueldos.
El 2 de octubre llegamos
todos pacíficamente, a un mitin en Tlatelolco,
quince mil en contingencia.




