6 diciembre, 2025

6 diciembre, 2025

La carismática diputada y ‘el Jaibo de Corazón’

El Kiosko

No hay duda: Olga Sosa Ruiz y Eduardo Hernández Chavarría emprendieron durante tres años el mayor activismo político legislativo de la historia reciente.

Eso fue lo que sucedió: la carismática legisladora y ‘el Jaibo de Corazón’ mantuvieron un ritmo que prácticamente nunca se detuvo desde que asumieron un asiento en el Congreso del Estado.

Algunos afirmarán que lo hicieron motivados por alcanzar la candidatura tricolor a la presidencia municipal, pero la realidad es que como diputados locales fueron más allá del engorroso trámite de aprobación de iniciativas y decidieron sostener un constante diálogo y acercamiento con los diversos sectores de la sociedad civil.

Aunque en sus dos primeros años tuvieron que presentar informes en conjunto -por aquello de que los querían tener ‘controlados’ en la carrera por la alcaldía porteña-, ayer presentaron una vez más su informe juntos, pero ahora tras una serie de charlas en las que imperó la amistad -pese a todo- y la unidad.

Con la significativa ausencia de Ramiro Ramos Salinas, Jefe de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, pero con la relevante presencia del presidente municipal de Tampico, Gustavo Torres Salinas, y de la alcaldesa electa jaiba, Magdalena Peraza Guerra, los diputados locales Olga Sosa Ruiz y Eduardo Hernández Chavarría rindieron su tercer y último informe de actividades.

Estuvieron además Sergio Villarreal Brictson, presidente del PRI porteño, así como los diputados locales Erasmo González Robledo, presidente de la Comisión de la Auditoría Superior del Congreso de Tamaulipas; y Patricio King López, secretario general del PVEM en la entidad.

Olga Sosa y Lalo Hernández llegaron al Congreso del Estado por la vía de la mayoría relativa, es decir, ganaron en las urnas -a diferencia de otros- hace tres años, en un proceso en el que realizaron una campaña ejemplar en términos territoriales, en contacto con la gente. Lo que emprendieron durante esa campaña, lo repitieron en su actividad legislativa.

‘El Jaibo de Corazón’ lo dijo ayer en su informe: ‘Trabajar con la gente y para la gente, han sido las constantes durante tres años como diputado, como emisario del pensar y del sentir de los ciudadanos de mi distrito y de todos los tamaulipecos ante el Congreso del Estado’.

Ese acercamiento con la gente se puede traducir en datos duros y concretos. El activismo de Lalo Hernández arrojó una cifra récord: más de 12 mil gestiones.

En otras palabras, el diputado local, electo por el Distrito de la Zona Norte de Tampico, atendió, en promedio, 10 solicitudes diarias… y a todas les dio seguimiento. Eso, en esencia, es servicio público.

Olga Sosa, por su parte, fue más allá de los informes oficiales, plagados de protocolos. Fue a las casas de los vecinos de las colonias populares (y de la clase media) a presentar los avances y logros de la legislatura en funciones. Es decir, no solamente fue a hablar de sus acciones y gestiones, sino que siempre destacó el trabajo realizado por el Congreso del Estado.

Otro ejemplo: ayer, por la mañana, la carismática diputada local ofreció una rueda de prensa en la que informó sobre las 11 iniciativas que le fueron aprobadas por unanimidad, entre ellas la reclasificación, en el Código Penal, del delito de feminicidio con sanciones más duras (50 años de cárcel) y de violencia familiar.

Defensora de los derechos de la mujer, Olga Sosa Ruiz participó en seis eventos de relevancia nacional en calidad de presidenta de la Comisión de Igualdad de Género del Congreso del Estado.

Una imagen quedará, además, para la historia legislativa: en aquella ocasión, en 2014, en que la marcha ciudadana en contra de la inseguridad y la violencia irrumpió en el salón del Centro de Convenciones en que se había realizado la sesión del Congreso Itinerante, pocos, muy pocos diputados locales regresaron a dar la cara ante la justa molestia de la sociedad civil.

Dos de esos diputados que regresaron a escuchar -a pesar de que la molestia ciudadana derivó en algunos insultos- fueron Olga Sosa y Eduardo Hernández. Ellos no huyeron… como otros que se subieron a un autobús y se fueron a comer como si nada hubiera pasado. Olga y Lalo se plantaron y escucharon. Sus observaciones y comentarios fueron decisivos para la creación del Grupo de Coordinación.

¿Cuál es el futuro político de los dos diputados locales salientes? Ambos van a continuar participando de una manera muy activa a favor de Tampico, desde cualquier trinchera. De eso no hay ninguna duda. Olga y Lalo tienen un prometedor futuro por delante.

TIEMPO PERDIDO…
¿Y Ana María Herrera Guevara? ¿Qué se puede decir de ella? Nada, es tiempo perdido. Cierto, ayer presentó su dizque informe de labores, pero… ¿alguien la recuerda subiendo a la tribuna? ¿Qué hizo a favor de la comunidad del sur de Tamaulipas? ¿Cuántas veces asistió a las sesiones ordinarias?

Vaya, ni siquiera ofreció una rueda de prensa a lo largo de tres años. El único mérito que tiene la señora es… la suerte. Sí, la suerte. Es una mujer con fortuna, sin duda.
Un ejemplo: sin hacer absolutamente nada productivo en su carrera política tiene la posibilidad de ser… ¡la próxima presidenta del PRI en Tampico!

¿Qué tal? Bueno, si llega a dirigir el priismo porteño una vez más, será bautizada como ‘La Sepulturera’.

Y PARA CERRAR…
En su tercer informe del pasado lunes, Armando López Flores lo dijo y lo recalcó: no va a dejar deuda.

El gobierno que encabezó el alcalde de Altamira pagó el préstamo de Banobras para construir el Palacio Municipal y solventó adeudos de anteriores administraciones. Buen punto.

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