Uno de los hombres más cercanos a Cabeza de Vaca, de hablar pausado y conocedor del escenario estatal, es César Verástegui Ostos. Desde un inicio, consideramos que dicho personaje tiene todo el perfil para convertirse en el operador político de mayor confianza, dentro del llamado gobierno del cambio en Tamaulipas.
Finalmente su profesión de ingeniero agrónomo, no es obstáculo para ocupar la segunda esquina de palacio. Esta posición, la han ocupado antes, economistas como Laura Alicia Garza Galindo. El puesto fue liberado de candados mediante un decreto emitido en los tiempos del cavacismo.
Desde esta posición, Verástegui tiene como primer reto, devolverle a la Secretaría General de Gobierno, el brillo y la eficacia que tanto le hace falta en su relación con la sociedad tamaulipeca.
El oriundo de Xicoténcatl se enfocará con mayor énfasis, no hacia los grupos políticos tradicionales de los partidos, sino hacia las organizaciones no gubernamentales, mismas que enarbolan la bandera de los derechos humanos y el espinoso tema de los desaparecidos.
En tal sentido, César Augusto Verástegui, de cincuenta años de edad, tiene la oportunidad de hacer historia, pues desde el inicio de su gestión recibirá la encomienda de restaurar el tejido social, lo que constituye, sin duda, la principal demanda de los pueblos y ciudades en la diversas regiones, pero con mayor fuerza en el centro del estado.
El trabajo del ex presidente del PAN, tiene como principal misión, reivindicar todo lo que fueron las atrocidades y los agravios cometidos contra miles de familias tamaulipecas. Si cumple con dicha demanda de la ciudadanía, seguramente su prestigio como operador político del cabecismo, se incrementará notablemente.
El polémico Plan Mérida
En marzo de 2007, los presidentes Bush y Calderón, se reunieron en la ciudad de Mérida para acordar una serie de acciones conjuntas, contra el narcotráfico. A dicha estrategia, definida por su carácter militar y eminentemente violento, se le bautizó con el nombre de la capital yucateca.
Desde ese entonces a la fecha, los gringos han destinado más de 2 mil millones de dólares, en recursos y equipamiento, para combatir a los cárteles de la droga. Pero no sean dado resultados palpables, y es hora que, el costo mayor en vidas humanas y desorden social, lo ha pagado México, y estados como Tamaulipas.
La apuesta principal del gobernador electo Francisco García Cabeza de Vaca, es la implementación de los recursos del Plan Mérida, para capacitar a mil policías estatales, mismos que a su vez, regresarían a la entidad para adiestrar al resto de sus compañeros.
CV lo ha declarado tanto en su campaña, como ya en su etapa de ganador de las elecciones, y con mayor énfasis en ciudades texanas, donde pondera la cultura y la capacidad del sistema policiaco, que opera en el llamado Valle del Río Grande.
Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, uno de los principales argumentos esgrimidos por legisladores norteamericanos, ha sido el de exigirle al Departamento de Estado una mayor severidad, en la evaluación de las políticas mexicanas, de derechos humanos y transparencia en materia de combate al narco.
El Talón de Aquiles del calderonismo y del peñismo, han sido la violación sistemática a los derechos elementales de los ciudadanos en nuestro país. Una de las cifras que se mencionan es la de 27 mil 659 desaparecidos, desde el 2007 hasta este año. De este universo, Tamaulipas ocupa el primer lugar nacional en desaparecidos, con 5 mil 751 denuncias sobre el tema.
En nuestro estado, es tan fuerte el problema que recientemente, el panista César Verástegui Ostos, quien se perfila como el próximo Secretario General de Gobierno, informó que, una de sus tareas inmediatas, una vez que asuma el cargo, será darse a la tarea de buscar a las miles de víctimas de la violencia en nuestro estado.
El Plan Mérida, sólobusca administrar el narco,pero no erradicarlo, dicen expertos
De acuerdo a señalamientos emitidos por especialistas en el tema de la inseguridad que golpea a nuestro país, y en particular a Tamaulipas, la estrategia del Plan Mérida, busca solamente administrar el problema del narco, y evitar que la frontera del lado estadounidense se vea invadida por la violencia. Bajo esta óptica, los graves problemas continuarían aquejando a los pueblos tamaulipecos, y sería a ellos a los que les tocaría la peor parte del fenómeno.
Otro de los ángulos a debatir, es que, en el 2015, el gobierno de Obama recortó cinco millones de dólares a las acciones de apoyo contra el narcotráfico. De acuerdo al nuevo embajador mexicano en Estados Unidos, Carlos Sada, se buscaría rescatar los fondos retenidos por el Congreso norteamericano, y además, enfocarse en el fortalecimiento de la infraestructura fronteriza, que data del siglo pasado.