Siempre hemos tratado de ver las cosas objetivamente, pero en ocasiones, pareceríamos ser totalmente negativos ante el futuro de nuestro país y desgraciadamente así lo vemos en la actualidad.
La investidura de la presidencia de la república esta atravesando una crisis de credibilidad muy grande, jamas vista en anteriores sexenio, a pesar del paso de haber tenido las botas de Fox y las puntadas de ebrio de Calderón.
Hoy vemos con tristeza que el presidente de la República es escarnio constante en las redes sociales por sus innumerables errores, sus constante falta de (diremos) de información sobre los asuntos que trata de forma pública.
Podríamos decir que tenemos primer presidente que abiertamente se pone de tapete para que un político norteamericano como Donald Trump, pudiera pasease impunemente en un país que a denostado, agredido, agraviado, humillado y calificado de cuna de delincuentes, dando al traste la filosofía que enarboló por años nuestra diplomacia y que era de lo más laureado en el extranjero, que en la frase no a la intervención y por la autodeterminación de los pueblos.
Tenemos graves problemas sociales en diversas entidades de la república, como son Oaxaca, Guerrero y Michoacán, sigue la mata dando en Chiapas y Veracruz y no
se san de darse en toda la república los acontecimientos de violencia que comente el crimen organizado.
Dicen que los soldados seguirán en las calles, pero a pesar de ello no hay control sobre los delitos del fuero común que siguen dañando de manera agresiva los intereses de las personas con menos recursos entre la población.
Los graves problemas económicos donde el peso a roto su marca devaluatoria llegando a los 20 pesos, con un petróleo desbastado por el mercado internacional y a pesar de ello seguimos petrolizando al país.
Donde se hace carne y hueso aquella consignas que dice «país petrolero y el pueblo sin dinero», y agregaríamos, sin empleo y seguridad social.
Esto ultimo enmarcado en una reforma energética donde la iniciativa privada tendrá una participación feroz, no solo en la explotación del oro negro, sino también para controlar bienes tan importantes como la electricidad, al «desconcentrarla» y diluir la rectoría del estado en 8 empresas con participación privada.
Con una crisis Educativa en torno a una reforma que no debería de ser tal, que solamente es un acicate que trata de controlar laboralmente a los maestros y que hasta ahora no ha dejado ninguna satisfacción a los estudiantes, que en su momento. son las víctimas finales de sus excesos.
Los excesos de Hacienda donde trata de sacar «sangre de las piedras», mientras los grandes capitales viven el paraíso fiscal y no hay forma de que se les pueda tomar alguna medida recaudatoria.
Si seguimos comentando ya nos pondriamos a llorar por lo que esta quedando de México, pero hay una oportunidad más y será una batalla que de perderla será definitiva para el rumbo que tome el país.
La coyuntura del 2018 se abre como un reto para los mexicanos, pues tendremos la obligación de cambiar a fuerza de votos el destino que parece estar clausurado para vivir en un mejor país.
Parece algo muy lejano, pero creemos que no lo es tanto y que debe ser motivo de reflexión ciudadana el hecho de buscar un gobierno que realmente represente las aspiraciones de más de 100 millones de mexicanos.
No hay otra más que trabajar por perfeccionar nuestra democracia y participar de alguna forma, consciente, de lo que esta en juego en el futuro inmediato de nuestra nación… Bueno Eso decimos nosotros… pero usted… ¿Cómo la ve?…
La ojeaita….
Ayer se conmemoró un año más del temblor del ’85, donde la ciudadanía rebaso al estado y se desbordo en solidaridad con las víctimas, creando organización y participación ciudadana… ¿acaso necesitamos un nuevo terremoto, pero ahora en todo el país para poder participar?…