El gobernador Egidio Torre Cantú rendirá este miércoles el VI y último informe de labores en el que el mandatario tamaulipeco hará pública su versión personal acerca del trabajo realizado y los proyectos que, por causas diversas, se le quedaron en el tintero a lo largo del sexenio que concluirá dentro de nueve días.
Si la obra fue buena, mala, regular o pésima, eso empezará a calificarse a partir del próximo primer día de octubre, cuando, ya sin la protección, el silencio el blindaje de los medios de comunicación y de los consabidos intereses, saldrá gradualmente a la luz pública la verdadera realidad de la gestión.
Y posteriormente, conforme a la perspectiva que dará el correr de los días y años, la historia se encargará de enjuiciar y emitirá el veredicto inapelable sobre el quehacer del jefe de ejecutivo de Tamaulipas, como lo ha hecho ya en el de Enrique Cárdenas González, Emilio Martínez Manautou, Américo Villarreal Guerra, Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington Ruvalcaba y Eugenio Hernández Flores.
Torre Cantú tendrá el día de hoy la oportunidad de disfrutar de los aplausos de los cientos de personas que abarrotaran el teatro Amalia G. De Castillo Ledón, escenario de la ceremonia de la despedida, las que quizá serán las últimas expresiones de apoyo que le tributarán los tamaulipecos.
Porque, una vez como ex gobernador todo indica que, como ha sucedido a la mayoría de sus antecesores en el cargo, el empresario y político victorense será el blanco de las críticas y los señalamientos de descrédito de los ciudadanos e incluso de muchos de aquellos que cuando estaba al frente del gobierno lo llenaron de incienso y adulaciones.
Las votaciones del 5 de junio demostraron que, desde la óptica popular, los priistas son los malos de la película y los panistas, encabezados por el gobernador electo, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, asumirán las riendas políticas del Estado como los salvadores del desastre que, a decir de la gente en la calle, provocaron más de ocho décadas de regímenes del Revolucionario Institucional.
El problema es que si las cosas no mejoran pronto, como vaticinan la mayoría de los expertos, esto a causa del adverso entorno nacional e internacional, el júbilo generado por la alternancia gubernamental empezará a convertirse gradualmente en desencanto, luego en malestar y finalmente en repudio.
He ahí el escenario en el que le tocará gobernar la entidad al ex alcalde de Reynosa y los riesgos que habrá de enfrentar para evitar que de héroe termine por
convertirse en villano.
Este viernes, por otra parte, si no hay cambio de planes, estará en Tampico el diputado plurinominal electo y alcalde de Victoria con licencia, Alejandro Etienne Llano. El ex presidente del supremo tribunal de Tamaulipas, a quien se menciona entre los probables para coordinar la fracción parlamentaria tricolor de la LXIII legislatura estatal, se reunirá en privado representantes ciudadanos del municipio para agradecerles el respaldo que le brindaron en el pasado proceso electoral.
En el municipio de Madero, por otra parte, el que no tiene empacho en admitir y difundir que ha cambiado de camiseta es el priista Ricardo Manzur Oudié. Como es del dominio público, durante el proceso de selección del candidato del PRI a alcalde de aquella ciudad, el médico se promovió como aspirante a candidato independiente, más que para disputar la alcaldía por esa vía, utilizar la idea como amago para ver si le ofrecían algo en el PRI.
Después de que el alto mando del ex invencible designó al petrolero Humberto Oliva Barreda el profesionista olvidó la opción ciudadana para adherirse a los proyectos del dirigente de la Sección Uno y del abanderado a la gubernatura, Baltasar Hinojosa Ochoa. Sin embargo, tras la debacle electoral del ex partido oficial, el ex diputado de la urbe petrolera optó por declararse seguidor del alcalde electo Andrés Zorrilla Moreno.
¿Qué haría Manzur Oudié si a la hora de la hora el ex presidente del Consejo Empresarial lo deja fuera del reparto de posiciones o le ofrece un cargo de tercera o cuarta que no responde a sus necesidades y pretensiones políticas? ¿Aguantará callado el profesionista con tal de reconectarse a la nómina y al presupuesto municipal? o ¿preferirá sentarse a calentar la banca a esperar un oferta más redituable? Se la dejamos de tarea.
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