CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Tamaulipas dejó de ser un estado fallido para convertirse en una entidad en crisis de seguridad pública que sólo podrá salir adelante con la intervención de las agencias de inteligencia de Estados Unidos y la permanente intervención de fuerzas federales, ya que cualquier cuerpo de seguridad estatal que se integre está destinado a fracasar, sostuvo el experto en seguridad Gustavo Fondevilla.
El académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), indica que la entidad requiere de una intervención como la que ocurrió en Ciudad Juárez, así como de la negociación del gobierno entrante con la federación y otra de tipo indirecto con el crimen organizado.
“En realidad Tamaulipas no es un estado fallido, ya superamos esa etapa, estamos en otra cosa. Tamaulipas necesita una intervención mucho más severa, necesita que los políticos se sienten a negociar con la federación, que tampoco está en su mejor momento para hacer tonterías”, afirma.
Fondevilla precisa que la necesidad de más militares y marinos para la entidad, también elevará las violaciones a los derechos humanos, ya que en los retenes del Ejército esto le ocurre a cuatro de cada diez personas.
Y aunque duda del éxito de un cuerpo de seguridad estatal, considera necesaria la reaparición de policías municipales para mediar conflictos de baja intensidad.
En su caso, el experto en seguridad nacional Armando Rodríguez Luna, señala que la descomposición de las estructuras políticas, judiciales, sociales y económicas en Tamaulipas es total y la alternancia en el Ejecutivo sólo funcionará si el gobernador electo, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, permite a las organizaciones civiles mayor capacidad de presión.
El integrante del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia A. C. (CASEDE) coincide con Fondevilla al indicar que las acciones que se realicen para prevenir la delincuencia serán trastocadas por los grupos criminales.
De acuerdo con la estadística más reciente del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), Tamaulipas es el sexto estado más violento del país con una tasa de 5.4 homicidios dolosos por cada cien mil habitantes. Guerrero ocupa el primer lugar con
20.4, seguido de Baja California (10.5), Morelos (9.2), Michoacán (7.6) y Chihuahua (6.4).
Hasta el mes de abril de este año, según el SESNSP Tamaulipas tiene la tasa más alta de secuestros a nivel nacional con 1.24 por cada cien mil habitantes, seguido de Veracruz (0.53) y el Estado de México (0.5).
El mensaje de Cabeza de Vaca y las OSC
El gobernador electo, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, ha dicho que entre sus estrategias en materia de seguridad se encuentran
capacitar a los policías estatales en Estados Unidos y la recuperación del tejido social.
Al respecto, Gustavo Fondevilla advierte que en Estados Unidos existen instancias que pueden venir al país a ofrecer capacitación.
Fondevilla, quien ha participado en la creación de planes de seguridad pública para los estados, entre ellos Tamaulipas, observa que generalmente los nuevos gobiernos estatales asumen el poder debilitados y procuran mostrar iniciativa a la población, porque a veces la solución de fondo es políticamente inaceptable.
“Aceptar la ayuda de Estados Unidos genera altos costos políticos y quizá no pueda hacer eso. El Mando Único en Tamaulipas tiene las condiciones perfectas para fracasar. ¿Dónde están los mecanismos de inteligencia del estado?, ¿cómo operan nuestras fuerzas de inteligencia?, ¿cuáles son las fuerzas de inteligencia de las agencias norteamericanas? No solo no se sabe nada, probablemente no haya fuerzas de inteligencia en el estado”, cuestiona.
El académico afirma que hasta el momento son inciertos los resultados del Grupo de Coordinación Tamaulipas y la Fuerza Civil que no ha logrado terminar de integrarse, requiere más capacitación, mejores salarios y más y mejor equipo operativo.
Por su lado, Armando Rodríguez de CASEDE precisa que para lograr un cambio en el rubro de seguridad en la entidad, se requiere un diagnóstico sobre las condiciones de las organizaciones civiles y anticipa que deben estar bajo una gran sombra de cooptación y miedo.
Rodríguez Luna compara las condiciones de seguridad del estado con las de Michoacán, Guerrero y Morelos y sugiere que la alternancia del partido en el poder es parte de una estructura descompuesta.
“Se ve muy complicado, no depende de un grupo político o partido, la descomposición de las estructuras de poder en Tamaulipas es total. Lamentablemente hay cosas muy opacas: la capacidad de cooptación que han logrado los grupos criminales en todo el estado y tener un panorama claro en cuanto a la información de lo que sucede ahí”, expone.
