1.- En todos los gobiernos se forman y coexisten generalmente 4 grupos o capillas: los “amigos”, los “expertos”, los “parientes”, y la “secta de los elegidos del señor”. La “secta”, como lo indica la etimología latina del término, está constituida por individuos que se han separado para formar un grupo limitado y exclusivo, que rechaza las normas que regulan la conducta de los demás, y sustenta su fuerza en la proximidad de su relación con el gobernante.
2.- La categoría de “elegidos” o “favoritos” proviene generalmente de las experiencias compartidas durante una aventura política que culminó con éxito; pero que en el transcurso del tiempo se convierte en simple nostalgia, ya que el gobernante vive para la acción, y no para los recuerdos y los cuentos.
3.- En virtud de su estructura elitista, la secta sustenta un código moral y político opuesto al que regula al resto de los funcionarios del gobierno. La “secta de los elegidos” exige la adhesión incondicional del individuo a los principios fundamentales del grupo, porque para compensar su inferioridad numérica, el clan o secta necesita explotar al máximo la lealtad de sus miembros.
4.- Por su mismo origen, la “secta de los elegidos” no permite el incremento de sus integrantes y, por el contrario, la pérdida de parte de sus elementos puede parecerle benéfica, ya que implica la eliminación de miembros propensos a la componenda y la traición.
5.- La “secta de los elegidos” es siempre intolerante. Para ellos, la tolerancia no es sino una lamentable debilidad. Mientras que los demás funcionarios suelen considerar la conciliación como una virtud, la secta sólo ve en ella un signo de deslealtad.
6.- Toda desviación de sus principios es interpuesta como un atentado al fundamento mismo de su existencia. Todo debe ser sacrificado en aras de la cohesión de la secta, y para conservar esa cohesión es preciso erradicar todo elemento de disidencia.
7.- La lucha contra los enemigos internos fortalece la cohesión de los “elegidos” que han sobrevivido al proceso de purificación. Por esa razón, a menudo la secta “inventa” deliberadamente enemigos internos para reforzar su solidaridad, y se lanza con frecuencia a la búsqueda de traidores ocultos.
8.- Para justificar alguna derrota en su constante confrontación con los “expertos” o los “parientes”, la “secta de los elegidos” tiende siempre a inventar una traición interna. Con su sacrifico los miembros que son utilizados como chivos expiatorios exoneran al grupo de su fracaso, y restablecen su fortaleza y solidaridad.
9.- Los “elegidos” presumen que son tan fieles como la perra Lassie, tan audaces como James Bond, tan carismáticos como Juan Gabriel, tan picudos como Jesús Nader o Pedro Silva, y tan derechos como las patas traseras de un pero callejero.
10.- Afortunadamente para el pueblo, la “secta de los elegidos” dura poco tiempo en el gobierno. Su voracidad en la nómina, su petulancia, su frivolidad y su constante asedio al gobernante, resultan insoportables, y muy pronto se les echa a la calle, para que no sigan causando daño ni provocando intrigas en el gobierno. Esperamos que en próximo gobierno no exista ninguna “Secta de los Elegidos”.