CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Aunque la pobreza es uno de los males de este mundo, se ve incrementada con el robo al erario público que realizan quienes están a cargo de administrarlos, lo que es un delito y también un pecado a los ojos de Dios, señaló en entrevista el obispo Antonio González Sánchez.
Lo anterior dijo en el contexto de las medidas que deberían impulsar los gobiernos para disminuir la miseria económica que prevalece en algunas regiones de Tamaulipas, y agregó de la promoción de más fuentes de trabajo mejor pagadas podría ayudar en esa intención.
Lamentó que por años el gobierno haya impuesto el subsidiarismo como estrategia para el combate a la pobreza que desgraciadamente no resuelve de fondo el problema.
Aclaró no estar en contra de los programas gubernamentales para ayudar a la gente, lo malo es que en muchos lugares la gente quiere que el gobierno les dé todo, por lo que una ayuda de largo plazo siempre estará basada en generar fuentes de empleo para impulsar el desarrollo.
Un sector al que hizo alusión es la zona rural donde las carencias son muy acentuadas por la falta de oportunidades para producir y donde el rentismo de tierras ha crecido porque los ejidatarios están sin apoyos.
Lo más lamentable es el desvío de los recursos públicos dado que no hay una distribución equitativa y real del presupuesto.
“Yo no sé mucho de eso, he escuchado en los medios de comunicación que muchos apoyos que van a diferentes sectores de la sociedad, alguna gente o los que deberían de distribuir se quedan con parte o con todo, eso es robar y es un pecado”, subrayó.
En la entrevista anunció la próxima celebración de la misa por la clausura del Año de la Misericordia, que se llevará a cabo en el estadio Marte R. Gómez, a donde se espera la asistencia de unos 20 mil fieles, provenientes de toda la Diócesis compuesta por 32 parroquias distribuidas en 22 municipios.
